Víctor de Aldama ha pasado en tiempo récord de ser una persona con contactos en los ministerios a ser "ese personaje" o "un presunto delincuente. Pedro Sánchez ha negado cualquier tipo de relación con el comisionista de la trama y ha asegurado que sus declaraciones ante el juez "le merecen el crédito que tienen: ninguna " y que se trata de una "tremenda inventada".
El presidente del Gobierno, a su salida del Congreso y tras recorrer un paseíllo de sus diputados que le han ovacionado tras aprobar el paquete fiscal, ha retado a Aldama a "probar esas insinuaciones". "Su estrategia de defensa es la mentira", ha añadido porque cree que Aldama busca "tapar unas actividades delictivas".
Sánchez también ha sacado la cara por su partido y se ha mostrado "tranquilo". El comisionista ha deslizado que pagó 15.000 euros al secretario de organización, Santos Cerdán, y que el actual ministro de Política Territorial le pidió 50.000 euros. "Este Gobierno es un Gobierno limpio", ha prometido Sánchez que ha contraatacado con las condenas del PP en el caso Gürtel. "En lo que respecta a mi persona, a mi gobierno actual y a mi organización, todo lo que ha dicho este señor es falso", ha terciado en otro momento. "Poco menos que yo estaba esperando a que llegara este señor al mitin para poder hacerlo", ha ironizado más tarde.
El jefe del Ejecutivo también se ha referido a la moción de censura a la que Feijóo se ha abierto si Junts o PNV le respaldan. Sánchez ha asegurado que le merece "el máximo respeto" y que los "grupos son libres de plantearlo". Incluso ha añadido que, como son "constructivas", es un buen momento para que "conozcamos el programa" del actual líder de la oposición.

