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La disparatada memoria histórica de Yolanda Díaz: "Espartaco era un gran sindicalista"

La ministra de Trabajo deja otra de sus perlas en un acto en el que ha recurrido a Espartaco, el gladiador que lideró una rebelión contra Roma.

La ministra de Trabajo deja otra de sus perlas en un acto en el que ha recurrido a Espartaco, el gladiador que lideró una rebelión contra Roma.

Yolanda Díaz y su compañero de Gobierno y partido Pablo Bustinduy han compartido este miércoles un acto institucional sobre la reducción de jornada y la ayuda universal por crianza, dos de las medidas que Sumar pretende abanderar para tratar de sacar algún rédito político de su presencia en el Ejecutivo, que por el momento no les está sirviendo para otra cosa que para hundirse en las encuestas.

El acto llevaba el pomposo nombre de "Derecho al bienestar, derecho al tiempo: prestación universal por crianza y reducción de jornada", ha durado una hora y media y ha incluido uno de los habituales discursos plúmbeos de Yolanda Díaz a los que es muy difícil encontrar sentido, pero que en esta ocasión ha tenido una frase para la historia: "No se explica la historia de la humanidad desde Espartaco hasta hoy sin la conquista de nuevos derechos", ha dicho, "desde Espartaco hasta hoy", ha insistido, para terminar rematando: "Era un gran sindicalista".

Espartaco es una figura histórica que ha tenido un impacto importante en la ficción en los últimos 150 años y que fue definitivamente popularizada por la excelente película de 1960 protagonizada por Kirk Douglas y dirigida por Stanley Kubrick. Se trató de un gladiador que lideró una revuelta de esclavos que tuvo lugar entre los años 73 y 71 a.C., que llegó a movilizar un ejército que según fuentes de la época llegó a contar con más de 120.000 personas y logró una serie de victorias contra distintas legiones y ejércitos de la República Romana, llegando a poner en jaque al Estado más poderoso de su tiempo.

Sin embargo, el resultado final del conflicto fue que la mayor parte del ejército de esclavos fue aniquilado, es decir, que Espartaco en realidad llevó a los suyos a la muerte. Obviamente, no es un hito del que se pueda presumir como un ejemplo de éxito del sindicalismo, si bien aún más descabellado es comparar los problemas laborales de trabajadores del siglo XXI con las vidas de los esclavos de hace 2100 años.

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