El Ejecutivo ha conseguido crear una nebulosa de dudas sobre la concatenación de incidentes que afectan a España: trenes de alta velocidad que se paran tras problemas en la catenaria y robos de cobre en la línea de alta velocidad que conecta a Sevilla con Madrid sólo una semana después del apagón. Sobre lo primero, el Gobierno sigue sin descartar el sabotaje aunque ya no utilizan este término después de ver como hasta la Guardia Civil no lo baraja.
"Quienes ejecutaron este daño, sabían muy bien el perjuicio que iban a provocar a los ciudadanos", ha asegurado la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, antes de detallar que el caos ferroviario se desató justo antes del comienzo de la Feria de Abril y tras la finalización del puente de Mayo.
En el Ejecutivo "no descartan ninguna hipótesis" porque creen que "había una clara voluntad de hacer daño" pero al no utilizar la palabra "sabotaje", como hizo el ministro Óscar Puente, crean una nebulosa y rebajan la importancia de la primera acusación. La intención deliberada de crear un perjuicio puede enmarcarse en otras hipótesis. Incluso hay quien cree en el Gobierno que se anticiparon al utilizar la palabra sabotaje pero defienden que lo hicieron con la información que conocían en la noche del domingo al lunes.Todo mientras el operador Iryo ha descartado que su tren haya sido el responsable del arrastre de la catenaria ya que su locomotora estaba parada y sin tensión.
Alentando la conspiración
Los problemas se acumulan al Gobierno quien, antes que reconocer alguna responsabilidad, prefiere mantener todas las líneas de investigación abiertas. Si el Ejecutivo tuvo claro, a las pocas horas del caos ferroviario, que había un "sabotaje" en las líneas de alta velocidad, en el caso del apagón que dejó hace una semana a la península ibérica sin luz, el silencio es lo que impera en el Gobierno.
"No se ha descartado nada", ha afirmado Óscar López quien en cambio ha elogiado que, "por primera vez en la historia, se haya formado una investigación que incluya a expertos en ciberataques.
El ministro de Transformación Digital ha alentado de nuevo la teoría de un ciberataque al presentar, justo una semana después del apagón, un plan contra hackers y que costará más de mil millones de euros, la mayor parte, 700 millones, irán a Defensa. López ha cifrado en 100.000 los ciberataques que España sufrió durante el pasado mes y que 1 de cada 3 fue grave.
De nuevo ha mencionado a los organismos e instituciones como alguno de los afectados. Una manera de crear una nebulosa pese a que la Comisión Europea parece que ha descartado esta hipótesis. Incluso hay un informe de Red Eléctrica, antes del apagón, en el que pedía revisar los criterios de protección ante la entrada masiva de renovables. Unas novedades que el Gobierno ha preferido ignorar durante sus comparecencia. Pese a todo, López ha asegurado que "este Gobierno no ha alimentado bulos" y que es "serio y responsable".