
El Partido Popular se muestra satisfecho después de que el Gobierno haya aceptado incluir en la agenda de la Conferencia de Presidentes la decena temas que reclamaban, como la financiación autonómica o la energía, y presume de "haberle torcido el brazo" a Pedro Sánchez por obligarle a cumplir el reglamento. Alberto Núñez Feijóo dijo anoche en un acto en Logroño que el jefe del Ejecutivo "finalmente se ha rendido" ante la "potencia autonómica del PP".
"Nos retaron como si fuéramos las federaciones socialistas que le dicen sí a todo y no nos hemos achantado", añadía el líder del PP, que daba la enhorabuena a los presidentes autonómicos del partido "por cumplir con su deber". "Nos querían callados pero nos tendrán exigentes", remataba Feijóo defendiendo que Sánchez no ha podido "imponer su agenda", que apenas incluía hablar de vivienda y educación.
El ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, negaba que el Gobierno se hubiera planteado incumplir el reglamento y culpaba al PP de la falta de acuerdo sobre la agenda durante las reuniones preparatorias, asegurando que no se había alcanzado la cifra de diez regiones para poder aprobar la inclusión de sus temas. Torres apelaba al carácter "institucional" de esta cita y evitaba avanzar si concluirá sin acuerdos, como todo parece indicar, asegurando que el objetivo es "debatir" y "dialogar".
La confrontación política calienta la cita
El choque entre ambas partes hace presagiar que los pactos serán casi imposibles, lo que aboca a un encuentro vacío del que apenas se sacará una foto institucional de Sánchez con los presidentes autonómicos, como ocurrió hace seis meses con la Conferencia celebrada en Santander, y que ahora se desarrollará en Barcelona. La imagen permite a Sánchez desviar el foco por unas horas de todas las polémicas que le acechan, especialmente del caso de las cloacas del PSOE y Leire Díez.
La semana arrancaba con la amenaza del PP de dar plantón al presidente, aunque la presencia del Rey y la defensa de la institucionalidad frenaban el ánimo del partido de boicotear el acto. La línea roja impuesta, no aceptar ninguna de las propuestas exigidas por las CCAA donde gobiernan, lo que implicaría que el Gobierno vulnera el reglamento. La cercanía con la manifestación convocada dos días después de esta cita, el domingo 8 de junio en la Plaza de España de Madrid a las 11.00, inclinaba la balanza hacia el lado del plantón, que finalmente no se llevará a cabo.

