
Hay silencios que hablan por sí solos. El de la exdiputada y exvicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, es uno de esos. La actual delegada del Gobierno en Asturias ha evitado pronunciarse desde que se destapó el caso Cerdán. Hasta que, este lunes, admitió ante un grupo de periodistas lo que era un secreto a voces: "Santos Cerdán me hizo una campaña de acoso y derribo, hasta que dimití, enferma y embarazada."
Lastra fue la número dos del PSOE entre 2017 y 2022. Su enfrentamiento con Cerdán duró un año, desde que este ascendió a la Secretaría de Organización. "Me hizo de todo. Pensaba que era una cuestión de poder, de machismo, porque una mujer estaba por encima de él", añadió en una escueta declaración.
Tras la marcha de Lastra, Cerdán encontró el camino libre, ya que Pedro Sánchez colocó como número dos del partido a María Jesús Montero, cuya implicación en la vida orgánica del PSOE era mínima y apenas frecuentaba la sede de Ferraz.
El "machismo" de Cerdán es algo que confirman varias fuentes. "Les hizo la vida imposible", admite una fuente que incluye, además de Lastra, a la exdirectora de comunicación del PSOE, Maritcha Ruiz. Durante meses, Cerdán habló mal de ambas ante Pedro Sánchez en varias reuniones en La Moncloa, llegando a difundir rumores falsos dentro del partido para presentarlas como desleales y traidoras. También las marginaba en reuniones y las culpaba de determinadas filtraciones.
Paralelamente, algunas diputadas recuerdan cómo Santos Cerdán y José Luis Ábalos trataban de frenar cualquier iniciativa feminista, especialmente las relacionadas con la abolición de la prostitución, una causa que Lastra defendía en diversas ocasiones. "Ponían caras y gestos, decían que era muy radical, que no se iba a entender", confiesa ahora en privado una de ellas.
La tensión llegó a tal punto que varias diputadas admiten que, como se puede observar en imágenes de la pasada legislatura, dejaron de saludarlas. "Tenemos un grave problema con el funcionamiento de la cooptación, que es machista y basado en alianzas masculinas", apuntan en referencia a Cerdán y Ábalos.
Tras la dimisión de Lastra, Cerdán impulsó una "purga" para eliminar a cualquier adrianista. El objetivo: controlar completamente el partido. El primero en ser cesado fue Mariano Moreno, gerente del PSOE, quien fue recolocado en ENUSA, la empresa pública encargada de la gestión del uranio, a pesar de que esta actividad está prohibida por el Gobierno. Su puesto lo ocupó Ana María Fuentes, quien ahora desempeña el rol de "apoyo técnico" en la Secretaría de Organización del PSOE, junto a otras tres personas, de manera "interina". Desde entonces, los gastos internos gestionados por Cerdán comenzaron a ser auditados por una de sus personas de confianza. "Tenían miedo de que se descubriera", añade una fuente.
Cerdán también expulsó a los asesores de Lastra e impuso a los suyos, así como a los de Juanfran Serrano, su adjunto en la Secretaría de Organización. Sin embargo, hubo un área que se le escapó: la comunicación del partido. Tras la salida de Maritcha Ruiz, Cerdán habría propuesto a su jefa de gabinete como directora de comunicación del PSOE, pero Sánchez optó por Ion Antolín, quien venía de la Secretaría de Estado de Comunicación, para evitar entregar todo el poder interno a su secretario de Organización.
Cerdán también amplió su influencia en la Ejecutiva del partido. No solo entró Juanfran Serrano, sino también el secretario general del PSOE en León, Javier Alfonso Cendón. Al mismo tiempo, se relegó —hasta su salida tras el último Congreso— a Andrea Fernández, secretaria de Igualdad del PSOE.
En el Congreso, Cerdán consolidó su poder gracias a la secretaria general del grupo parlamentario, Rafaela Crespín. "Solo acepta a mujeres que le obedecen o que no le suponen un problema", señala una socialista en privado. Posteriormente, destituyó a Zaida Cantera de la portavocía de la Comisión de Defensa, recurriendo a los mismos "bulos" que utilizó contra Lastra, llegando a asegurar que cobraba de determinados lobbies del sector.
La propia Cantera lo confirmó en una entrevista en Antena 3: "No he sido la única. Casualmente, otras mujeres también fueron apartadas. Algunas me contaron que incluso llegaron a hablar con sus madres para desprestigiarlas", afirmó en Espejo Público. Esta estrategia de atacar a progenitoras también se replicó en instituciones, promoviendo incluso la destitución de alguna madre con cargo para perjudicar a sus hijas, si estas se oponían a Cerdán.
Un alto cargo del PSOE asegura que Cerdán tenía "doble cara" y que sigue negando las acusaciones de corrupción, a pesar de que muchos han escuchado los audios. "Dice que están manipulados", comenta, sorprendido. Esta misma persona se muestra estupefacta ante todo el entramado, ya que, tras la salida de Koldo García y José Luis Ábalos del Gobierno, el diputado navarro "echaba pestes de ellos".

