
Tanto José Luis Ábalos como Santos Cerdán han deslizado ya la que podría ser su estrategia para tratar de anular los innumerables audios grabados por Koldo García que les incriminan en el presunto cobro de mordidas por el amaño en la adjudicación de obras públicas. "No me reconozco en esas grabaciones", alegó el exministro en su reciente declaración ante el Tribunal Supremo. "Presidente, ese de las grabaciones no soy yo", le dijo igualmente Cerdán a Pedro Sánchez tras conocer el demoledor informe de la UCO.
Tal y como revelaba este viernes Libertad Digital, ambos estarían estudiando pedir un "peritaje" de los audios, alegando que podrían estar alterados con IA y, aunque todo apunta a una excusa que muchos han calificado incluso de ridícula, lo cierto es que podría servir para conseguir el que en estos momentos se antoja su principal propósito: retrasar el procedimiento todo lo posible. "Aunque sean reales, la excusa de la IA permitiría a Ábalos y a Cerdán ganar mucho tiempo", alerta David del Olmo, conocido perito informático forense.
"Aquí todo apunta a que no hay ningún tipo de manipulación y esto dependerá de los jueces y de los abogados, pero si ellos tienen buenos abogados, y doy por hecho que los tienen, es evidente que van a tratar de sembrar una duda razonable y solicitar su propio peritaje y eso puede alargarse hasta dos años", advierte. "Piensa que ellos tienen que comunicar que han contratado un perito, luego el perito tendría que solicitar la copia de seguridad que se supone que la UCO ha hecho del teléfono y después tendría que analizarlo todo. Y no solo hablo de pasar el software Cellebrite del que se está hablando, porque eso no mide los espectros ni otras muchas cosas. También hay que cotejar con otras muestras y, entre unas cosas y otras, en un proceso penal, esto puede tardar hasta dos años", insiste.
Así funciona Cellebrite
De origen israelí, el mencionado software del que ahora habría echado mano la UCO se empezó a utilizar en España a raíz del asesinato de Diana Quer, ya que su móvil se convirtió en una pieza clave para resolver el caso. "Nosotros lo tenemos en el laboratorio informático que tenemos en Barajas (Madrid) y lo utilizamos para un montón de casos —asegura Del Olmo—. Es un software que es carísimo, pero te saca un montón de datos: si has abierto la grabadora, el WhatsApp, si estás en el Congreso de los Diputados o incluso si estás montado en un Uber".
De primeras, lo que sirve es para garantizar que el dispositivo no ha sido manipulado y que se ha respetado la cadena de custodia: "Generalmente, lo primero que se hace con esta herramienta es una copia del teléfono y luego ya trabajas sobre la copia. Y hay que sacar una huella digital al backup que haces, que eso es lo que garantiza la custodia y que nadie lo ha tocado".
Los otros datos que hay que analizar
Sin embargo, el peritaje no termina con los datos que muestra Cellebrite. "Después, un experto en acústica forense tiene que analizar los espectros y cotejar las voces. Es decir, tienes que tener otra muestra indubitada, otra grabación realizada con ese teléfono para poder cotejar el audio y, analizando las dos, te tienen que dar los mismos metadatos, el mismo formato de archivo, etc. Y así ya sí puedes ponerte delante de un juez y certificar ese audio", insiste el experto.
En este caso concreto, Del Olmo duda mucho que haya manipulación alguna, y menos con IA: "Piensa que estamos hablando de un Iphone antiguo y de audios de 2019, por lo tanto, es raro que esté manipulado con Inteligencia Artificial". Sin embargo, eso puede ser lo de menos para los imputados.
"Está claro que lo que buscan es ganar tiempo, porque ellos pueden sembrar la duda y decirle al juez que necesitan repetir los mismos pasos y cotejarlo con sus expertos y sus herramientas. Y a lo mejor en un proceso como este que ya está abierto se prolonga menos tiempo, pero, desde luego, si esto fuera un proceso nuevo, aquí en Madrid, ya te digo yo que sin problema puede irse a los dos años fácilmente, porque luego tiene que pasar por instrucción, así que yo pienso que va por ahí el tema: que ellos saben naturalmente que lo pueden pelear, porque la herramienta la conocemos y la tenemos todos, pero el derecho a la defensa también lo tienen todos los ciudadanos", insiste el experto.

