
Los audios intervenidos por los agentes de la UCO, y publicados por Libertad Digital, en los que el exministro de Transportes José Luis Ábalos habla del actual titular de la cartera, Óscar Puente, vuelve a poner de relieve la relación que el ministro tuvo con el secretario de organización del PSOE. "Yo lo sé todo, Santos (Santos Cerdán) quiere colocar a un par de personas que le pide Acciona y Óscar le escucha", asegura Ábalos en un audio grabado el 23 de noviembre de 2023, sólo dos días después de que Óscar Puente tomara posesión como nuevo ministro de Transportes relevando a Raquel Sánchez.
Solo unos meses después, el 27 de abril, se celebró un Comité Federal tras el anuncio de Pedro Sánchez de que se tomaría cinco días de reflexión, tras conocerse la imputación de su esposa. Durante ese breve pero intenso período, las personas más cercanas al presidente del Gobierno —entre ellas, Santos Cerdán— estaban convencidas de que Sánchez iba a dimitir. Esa convicción activó un plan de sucesión que ya se venía gestando en la sombra.
Fue así como se puso en marcha una operación discreta liderada por el secretario de Organización para preparar su relevo. Una iniciativa que quedó completamente desactivada tras la decisión final de Sánchez de continuar, pero que dejó al descubierto las tensiones internas, la simpatía de Cerdán por Puente y las luchas de poder.
El plan para sucederle que nunca vio la luz
El artífice de ese intento de transición fue Santos Cerdán, quien —al igual que muchos dentro del partido— daba por segura la dimisión del presidente. Convencido de ello, activó contactos, tanteó apoyos y trazó una estrategia que le permitiera mantener el control del aparato del partido en una nueva etapa sin Sánchez.
El plan giraba en torno a dos figuras clave: María Jesús Montero, entonces vicepresidenta primera del Gobierno, y Óscar Puente, ministro de Transportes y uno de los rostros más combativos del Ejecutivo. Según varias fuentes internas, la idea era que Montero asumiera de forma provisional la presidencia del Gobierno —en un rol más institucional que político— mientras Puente se preparaba para liderar el PSOE como nuevo secretario general tras un congreso extraordinario.
Algunas fuentes apuntan que también se había contemplado a Pilar Alegría como sucesora transitoria en el Ejecutivo, aunque todas las versiones coinciden en que Óscar Puente era la apuesta firme a medio y largo plazo: el "hombre del futuro".
Lo más llamativo del plan no era solo su ambición, sino la seguridad con la que se puso en marcha. "Ya habían enterrado a Pedro", resumía por entonces una fuente conocedora de la operación. El entorno de Cerdán —en el que se incluye el diputado Juanfran Serrano— veía en esta maniobra la oportunidad de conservar el control interno del partido, actuando como los "fontaneros" de Ferraz en una etapa post-Sánchez.
Durante esos días, se produjeron llamadas a distintas federaciones para testar el terreno y tantear respaldos. El nombre que se repetía en todas las conversaciones era el mismo: Óscar Puente como próximo secretario general del PSOE.
Una escena reveladora en el Comité Federal
La jornada del Comité Federal resultó especialmente reveladora. Óscar Puente intervino en el plenario a pesar de no estar previsto —los miembros de la Ejecutiva no pueden tomar la palabra en estas reuniones— y evocó la militancia de su abuelo, en un discurso emotivo claramente dirigido a las bases. Fue la última intervención del día. Acto seguido, Santos Cerdán tomó la palabra para cerrar abruptamente el Comité y pedir a los asistentes que salieran a abrazar a los manifestantes que se encontraban congregados frente a la sede de Ferraz.
La maniobra no pasó desapercibida en las federaciones, que observaron con atención el uso de ese turno de palabra como una forma de promocionar a Puente ante la militancia. De hecho, se repitió la excepción durante la última reunión del Comité, cuando se permitió nuevamente intervenir al ministro, esta vez para responder públicamente al presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page.

