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Estupefacción y preocupación en Europa por la deriva de Sánchez

La corrupción y la debilidad política causan asombro entre primeros ministros europeos.

El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, interviene en la ONU desde Nueva York. | EFE

Los cinco días de reflexión que se tomó Pedro Sánchez por la imputación de su mujer le permitieron coger aire a nivel interno, pero en el exterior la imagen del presidente cambió por completo. Desde entonces, la situación no ha hecho más que empeorar, hasta el punto de que nuestro país ya solo interesa para saber cuál es el último escándalo protagonizado por el Gobierno.

En plena guerra de Rusia con Ucrania, las tensiones con EEUU por la política arancelaria, la situación de Gaza o la amenaza comercial de China, España centra buena parte de su actividad política y diplomática en conseguir que el Parlamento Europeo admita el uso del catalán. Cuando el polaco Donald Tusk alerta sobre la llegada de la III Guerra Mundial; el alemán Friedrich Merz da la cara por Israel o la italiana Giorgia Meloni intenta limar asperezas con Donald Trump, el presidente Sánchez intenta pagar sus deudas con el prófugo Puigdemont.

Una situación kafkiana que no deja indiferentes a los europeos, asombrados ante el hecho de que tener un hermano sentado en el banquillo, una mujer que va por el mismo camino, un fiscal general imputado, un ex número tres en la cárcel, otro más imputado, ministros reprobados, Presupuestos prorrogados desde hace tres años y leyes sin opción de ser aprobadas, no tumben a un Gobierno.

"Solo preguntan por la corrupción"

Según ha podido saber Libertad Digital, primeros ministros europeos ya solo preguntan por España para interesarse por los casos de corrupción y la debilidad parlamentaria del Gobierno. Generan también inquietud los ataques del Ejecutivo a la Justicia. La huelga de jueces y fiscales contra la Ley Bolaños dio la voz de alarma y la denuncia pública hecha en Bruselas por asociaciones como la APM por las acusaciones de lawfare, han puesto en preaviso a la Comisión Europea.

Esta misma semana el comisario de Justicia, Michael McGrath, recordó al Gobierno de Sánchez que sigue sin mejorar la independencia en casos de conflicto de intereses (como el de Begoña Gómez), sin crear una agencia especializada de lucha contra la corrupción o sin leyes sobre lobbies acordes a los estándares europeos. Tampoco se ha avanzado en la independencia del Poder Judicial y la Fiscalía, como se acordó con el PP en la renovación del CGPJ, que se cerró por mediación europea.

La CE aprieta a Sánchez por la corrupción el día que sientan a su hermano en el banquillo

El informe sobre el Estado de Derecho del pasado mes de julio ya fue un golpe para España. En él se recogían todas esas exigencias que, dos meses después, siguen sin ponerse en práctica. A esto se suma el análisis de la CE sobre la Ley de Amnistía, que fue un auténtico varapalo, a falta de que se conozca la decisión del TJUE sobre la norma.

"Siento vergüenza"

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha advertido en varias ocasiones de que el deterioro de la situación española es ya motivo de conversación entre sus colegas europeos. Esta semana, tanto Pedro Sánchez como el presidente del PP mantuvieron un encuentro con el primer ministro alemán, Friedrich Merz. Un día después, Feijóo admitió sentir "vergüenza" cuando habla con primeros ministros o líderes europeos sobre la situación de España.

La negativa de Sánchez a asumir el compromiso de la OTAN para aumentar a un 5% el gasto en defensa, cuando acababa justo de firmarlo, ya generó burlas y desconcierto en Europa, tal y como informó este periódico. Que un presidente niegue una promesa que acaba de sellar en un documento es algo inasumible fuera y pone en duda la fiabilidad de España como socio.

Desconcierto y burlas entre los líderes europeos con el paripé de Sánchez en la OTAN

Esto explica, en parte, la exclusión de nuestro país de las últimas cumbres internacionales para hablar de asuntos tan relevantes como la guerra de Ucrania, evidenciando que la imagen de Sánchez ya lastra a todo el país. El presidente, por tanto, sacrifica la influencia y prestigio de España a cambio de seguir unos meses más en la Moncloa.

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