
La ausencia este miércoles del diputado del PP, Guillermo Mariscal fue uno de los factores que hizo que la votación sobre la Proposición de Ley de Movilidad Sostenible fuera de infarto. Durante parte de la tarde, que faltara Mariscal parecía determinante para que la ley terminara saliendo adelante si Podemos votaba en contra, como había amenazado. Finalmente, los morados cambiaron su voto en el último momento, como con el embargo a Israel, y el Gobierno salvó in extremis otra votación.
Resulta llamativo en cualquier caso que la Mesa del Congreso hubiera rechazado la petición del dirigente popular para poder ejercer su voto de manera telemática. Mariscal está de luna de miel. La Mesa argumentó que la causa expuesta, un viaje de carácter personal, no entra dentro de los supuestos para poder facilitarle esa opción. Dado lo ajustado de la votación, incluso el presidente Pedro Sánchez había acudido al Congreso para votar. También José Luis Ábalos.
La norma pone en juego 10.000 millones de euros de fondos europeos que Bruselas que debía desbloquear a cambio de sacar adelante esta iniciativa que, entre otras cosas, pone en marcha propuestas de carácter ecológico.

