
Sin pronunciarse aún públicamente sobre el caso Salazar ni condenar los comportamientos atribuidos por las supuestas víctimas, el presidente del Gobierno ha aprovechado el puente de diciembre para cesar a Antonio Hernández, mano derecha de Paco Salazar en Moncloa. El cese, que se formalizará en el Consejo de Ministros del martes 9 de diciembre, revela más la voluntad de controlar los daños que de ofrecer explicaciones sobre la inacción y la supuesta falta de conocimiento que deslizan desde el Ejecutivo sobre los comportamientos atribuidos a Salazar.
Con esta decisión, adelantada por eldiario y confirmada por Libertad Digital, Sánchez trata de contener una crisis que ha desbordado tanto a Ferraz como a Moncloa, mientras afloran discrepancias dentro del Gobierno sobre si elevar el caso a la Fiscalía. Fuentes gubernamentales próximas al presidente admiten "no ser infalibles", pero sostienen que el asunto "debería remitirse a la Fiscalía" después de que Sánchez en conversaciones informales con periodistas en el Día de la Constitución lo haya rechazado rotundamente.
Hernández ocupaba el cargo de director del departamento de Coordinación Política en el Gabinete de la Presidencia del Gobierno. María Jesús Montero, vicepresidenta del Gobierno y líder del PSOE andaluz, también le ha apartado de la Secretaría de Datos, Análisis y Prospectiva del partido en Andalucía.
Ese cese llega después de que tanto en el Gobierno como en la dirección nacional del PSOE aseguraran desconocer estos comportamientos y de que Sánchez admitiera un "error en cuanto a la velocidad", no intencionado, tras cinco meses de inacción, un fallo del que dice asumir su responsabilidad "en primera persona". Todo después de que el nombre de Hernández haya aparecido en los testimonios de las denunciantes de Salazar.
Es el primer movimiento de Moncloa desde que en julio se presentaran las denuncias por parte de las presuntas víctimas.

