El conflicto y la fractura de un grupo comienza cuando son conscientes de la divergencia de valores, ideas, normas, hechos y actos. Los partidos absolutistas, únicos y por tanto supremacistas siempre están condenados a la ruptura...(+)
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El conflicto y la fractura de un grupo comienza cuando son conscientes de la divergencia de valores, ideas, normas, hechos y actos. Los partidos absolutistas, únicos y por tanto supremacistas siempre están condenados a la ruptura...(+)
Enviado por Nicer el día 27 de Enero de 2014 a las 20:43
Una facción de ineptos, mediocres, endogámicos, cuya única misión en la vida es medrar. Sin experiencia laboral, burócratas de partido, pertenecientes a redes clientelistas de contactos, acostumbrados al enchufismo familiar, a vivir bien a costa de los demás, alejados de la realidad, sin ideas, enriquecidos por la corrupción institucional, pijos con carrera de político, ínfulas de poder, egocéntricos, defensores de un Estado y taifas parásitas, de un sistema creado por ellos insostenible, impagable, que ha hundido España y que la hará, todavía, explotar por los aires. Gentes que no han luchado en la vida real, que creen en el sistema de Castas, cuya motivación moral es el mirar por sí mismos y por el grupo, por el clan, a costa de la nación, tomaron el poder ya con Fraga. Era su sistema.
Fue un espejismo, un engaño manifiesto demostrado por la fuerza de la heurística, de los hechos, de los actos. Y cuanto más poderoso era el subgrupo de aquellos atraídos por los valores que decían defender, más cerraban filas, más endogamia, y más clan. Comportamientos mafiosos, persecuciones, desprecios, ataques de todo tipo y condición.
He aquí que los valores de una parte de la sociedad, deben materializarse en normas y esas normas en leyes. 35 años sin aplicar valores, ni normas ni leyes. 35 años incumpliendo, engañando.
Es cuando aparece el conflicto de normas, de valores, de pautas a seguir en los individuos, porque cuando aparecen los problemas, no se atiende a los valores, a las normas, a las leyes, si no a lo que el grupo predominante impone. Y lo impone a un subgrupo que es mayoritario en quien lo engloba. La Casta dominante dentro del grupo causa una anomía en las personas. Una profunda crisis ética y moral, de valores. Lo fundamenta la incongruencia. Y esta aparece en los momentos difíciles.
Un grupo, que no es más que propaganda falaz, cual pez carnívoro abisal que muestra un señuelo luminoso a los ávidos de luz, es IMPOSIBLE que de respuesta, ni puede englobar, a todos los que son de derechas y menos contener ese grupo, asimilando, no sólo las políticas de la izquierda, si no a sus votantes. Menos aún si entre la Casta dominante del partido hay gentes sin escrúpulos, que provienen del socialismo y que ni siquiera han terminado el bachillerato.
Y cuando la cuerda se tensa, termina por romperse, porque tiene que ser así, es la realidad. No es ya que tengan que contener a muchísimos grupos en su seno, es que han traicionado los valores. Porque estos, se pueden mostrar, pero se han de recordar. De nada sirve hablar de valores, si nunca se dicen cuales son estos. La gente se puede hacer una idea de esos valores cuando se normativizan dentro del grupo, incluso cuando se plasman en un programa electoral, pero los valores se deben materializar.
Estos no sólo no lo hacen, si no que responden a valores que no pertenecen a lo que supuestamente dicen, culturalmente, ser. Y producen el caos, la anomía, el conflicto moral, la incongruencia que ahoga a las personas. Hacen enfermar.
El 98% de las derechas, ya es consciente de que el régimen y el sistema están muertos. Estos no se han enterado.
La liberación moral, el bienestar que se siente al abandonar un grupo que aplasta, miente y subyuga a sus subgrupos, aunque sean mayoría, es tal, que es como si te quitaran una losa de encima. Tu conciencia queda limpia, actúas con congruencia, te ilusionas, vuelves a vivir, respiras, te oxigena, te libera de los amos.
La ruptura era necesaria, vital, primordial, porque libera vuestras almas y vuestro subconsciente. Los valores deben demostrarse y representarse mediante actos, hechos. No se puede estar 35 años esperando por ellos.
La unión hace la fuerza, si. Pero la unión no tiene nada que ver con un partido único, que sólo responde a los intereses de la Casta que lo domina. El PP es un tronco, que pretende ser heterogéneo, pero ante la fuerza se parte. Es débil, porque impone el uno. Es frágil, porque sus fibras no están bien, no se sienten parte de él.
La unión, de la historia de las ramas, no es un tronco, monolítico, endogámico, de una especie. La unión es un conjunto de troncos unidos por una brida y un objetivo común: España. Cada rama puede ser un partido y se unirán al resto de ramas cuando los valores coincidan. Eso es la democracia y eso es lo sano: para tú mente y para tú cuerpo.
Rompa el tronco, Sr. Mayor Oreja, libére su alma y su conciencia, y construya España desde la unión democrática de ramas. Juntas por el objetivo de la materialización de los valores, son más resistentes que el tronco único, absolutista y totalitario, de unos pijos que creen ser educados, listos e incluso inteligentes. Ese tronco no construye España, la destruye, la enferma y lo peor está por venir.
Fue un espejismo, un engaño manifiesto demostrado por la fuerza de la heurística, de los hechos, de los actos. Y cuanto más poderoso era el subgrupo de aquellos atraídos por los valores que decían defender, más cerraban filas, más endogamia, y más clan. Comportamientos mafiosos, persecuciones, desprecios, ataques de todo tipo y condición.
He aquí que los valores de una parte de la sociedad, deben materializarse en normas y esas normas en leyes. 35 años sin aplicar valores, ni normas ni leyes. 35 años incumpliendo, engañando.
Es cuando aparece el conflicto de normas, de valores, de pautas a seguir en los individuos, porque cuando aparecen los problemas, no se atiende a los valores, a las normas, a las leyes, si no a lo que el grupo predominante impone. Y lo impone a un subgrupo que es mayoritario en quien lo engloba. La Casta dominante dentro del grupo causa una anomía en las personas. Una profunda crisis ética y moral, de valores. Lo fundamenta la incongruencia. Y esta aparece en los momentos difíciles.
Un grupo, que no es más que propaganda falaz, cual pez carnívoro abisal que muestra un señuelo luminoso a los ávidos de luz, es IMPOSIBLE que de respuesta, ni puede englobar, a todos los que son de derechas y menos contener ese grupo, asimilando, no sólo las políticas de la izquierda, si no a sus votantes. Menos aún si entre la Casta dominante del partido hay gentes sin escrúpulos, que provienen del socialismo y que ni siquiera han terminado el bachillerato.
Y cuando la cuerda se tensa, termina por romperse, porque tiene que ser así, es la realidad. No es ya que tengan que contener a muchísimos grupos en su seno, es que han traicionado los valores. Porque estos, se pueden mostrar, pero se han de recordar. De nada sirve hablar de valores, si nunca se dicen cuales son estos. La gente se puede hacer una idea de esos valores cuando se normativizan dentro del grupo, incluso cuando se plasman en un programa electoral, pero los valores se deben materializar.
Estos no sólo no lo hacen, si no que responden a valores que no pertenecen a lo que supuestamente dicen, culturalmente, ser. Y producen el caos, la anomía, el conflicto moral, la incongruencia que ahoga a las personas. Hacen enfermar.
El 98% de las derechas, ya es consciente de que el régimen y el sistema están muertos. Estos no se han enterado.
La liberación moral, el bienestar que se siente al abandonar un grupo que aplasta, miente y subyuga a sus subgrupos, aunque sean mayoría, es tal, que es como si te quitaran una losa de encima. Tu conciencia queda limpia, actúas con congruencia, te ilusionas, vuelves a vivir, respiras, te oxigena, te libera de los amos.
La ruptura era necesaria, vital, primordial, porque libera vuestras almas y vuestro subconsciente. Los valores deben demostrarse y representarse mediante actos, hechos. No se puede estar 35 años esperando por ellos.
La unión hace la fuerza, si. Pero la unión no tiene nada que ver con un partido único, que sólo responde a los intereses de la Casta que lo domina. El PP es un tronco, que pretende ser heterogéneo, pero ante la fuerza se parte. Es débil, porque impone el uno. Es frágil, porque sus fibras no están bien, no se sienten parte de él.
La unión, de la historia de las ramas, no es un tronco, monolítico, endogámico, de una especie. La unión es un conjunto de troncos unidos por una brida y un objetivo común: España. Cada rama puede ser un partido y se unirán al resto de ramas cuando los valores coincidan. Eso es la democracia y eso es lo sano: para tú mente y para tú cuerpo.
Rompa el tronco, Sr. Mayor Oreja, libére su alma y su conciencia, y construya España desde la unión democrática de ramas. Juntas por el objetivo de la materialización de los valores, son más resistentes que el tronco único, absolutista y totalitario, de unos pijos que creen ser educados, listos e incluso inteligentes. Ese tronco no construye España, la destruye, la enferma y lo peor está por venir.
"Mediocres de todo el mundo, uníos.Yo os bendigo" (Amadeus). pues siguieron el consejo y así estan y estamos. s/t
Enviado por Puig el día 29 de Enero de 2014 a las 10:48
Suscribo todo lo que expresa y el cómo lo expresa Nicer salvo su extensión. +++
Enviado por piocastr el día 29 de Enero de 2014 a las 10:57
Cuando abres un hilo y lo ves tan extenso ya te
retrae. Yo leo los que me parecen de interés siempre
y el suyo no me ha defraudado; todo lo contrario.
Dos consideraciones:
Pídale sólo a los Santos, (no incluya ni a Federico),
que reduzcan o renuncien al territorio que han meado.
Vd. lo tiene muy difícil en twiter.
retrae. Yo leo los que me parecen de interés siempre
y el suyo no me ha defraudado; todo lo contrario.
Dos consideraciones:
Pídale sólo a los Santos, (no incluya ni a Federico),
que reduzcan o renuncien al territorio que han meado.
Vd. lo tiene muy difícil en twiter.