Hay momentos en los que una actitud del pasado determina un posible aspecto del futuro, que cuando acontece rememora el grave error cometido...(+)
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Hay momentos en los que una actitud del pasado determina un posible aspecto del futuro, que cuando acontece rememora el grave error cometido...(+)
Enviado por Nicer el día 21 de Mayo de 2014 a las 05:09
La noticia tiene solera y la trae "El panfleto" para intentar rascar algo a favor de sus amos a cuenta de la pantomima de las elecciones. Pero lejos del escándalo que supone El Pravda, se haya una sutil radiografía. Y como acontece con esas fragancias selectas que sin evidenciarse están presentes y que sin recargar permanecen, penetrantes; que abocan al sentido límbico a remembrar retazos de memoria perdidas en la mente, sustrayéndolas de ignotas regiones cerebrales; aparece.
Es una chapucera historia de espías galos, que atravesando la frontera de los Pirineos y adentrándose en territorio íbero dominado por la tribu de los caganers, son sorprendidos por un seudo-cuerpo paramilitar, hallándose en sus alforjas un tropel de espión, por el que son conducidos a las mazmorras de un honorable conde calocéfalo. La cosa es que entre tiempos, la chanza llega a mayores y he aquí que la alta aristocracia de ambos vecinos negocia hacer mutis y representar una farsa por aquello del "yo te hago un favor y a cambio me lo devuelves". Nada extraño, lo normal.
Es entonces cuando otro honorabilísimo y excelentísimo prócer barbado, de bizca pero hipnótica mirada y comisura blancosecana, con cargo digitalmente establecido y bajo cuyo mando se hallaban los Cuerpos de la Guardia del Reino, a pregunta de un fulano: "¿sabe usted, ilustre señor, de qué va la vaina?", respondió: "no tengo ni idea".
¿Cómo no iba a saber el guardián de las palabras, el señor de las arañas y mirlos, de los muros y criptas tal cosa?, ¿era el absoluto estólido un necio que ocupaba tal cargo por ello, pues no debía hacer sombra al gran árbol, o acaso embelecaba?.
Y de aquellos lodos, aquestos podres:
http://politica.elpais.com/politica/2014/05/18/actualidad/1400433225_219636.html
Es una chapucera historia de espías galos, que atravesando la frontera de los Pirineos y adentrándose en territorio íbero dominado por la tribu de los caganers, son sorprendidos por un seudo-cuerpo paramilitar, hallándose en sus alforjas un tropel de espión, por el que son conducidos a las mazmorras de un honorable conde calocéfalo. La cosa es que entre tiempos, la chanza llega a mayores y he aquí que la alta aristocracia de ambos vecinos negocia hacer mutis y representar una farsa por aquello del "yo te hago un favor y a cambio me lo devuelves". Nada extraño, lo normal.
Es entonces cuando otro honorabilísimo y excelentísimo prócer barbado, de bizca pero hipnótica mirada y comisura blancosecana, con cargo digitalmente establecido y bajo cuyo mando se hallaban los Cuerpos de la Guardia del Reino, a pregunta de un fulano: "¿sabe usted, ilustre señor, de qué va la vaina?", respondió: "no tengo ni idea".
¿Cómo no iba a saber el guardián de las palabras, el señor de las arañas y mirlos, de los muros y criptas tal cosa?, ¿era el absoluto estólido un necio que ocupaba tal cargo por ello, pues no debía hacer sombra al gran árbol, o acaso embelecaba?.
Y de aquellos lodos, aquestos podres:
http://politica.elpais.com/politica/2014/05/18/actualidad/1400433225_219636.html