Los que ignoran su pasado están condenados a(+)

repetirlo, famosa sentencia de George Santayana que seguro está en la mente de
muchos. Llevamos algún tiempo leyendo y oyendo las clásicas estupideces de estos
oportunistas de nuevo cuño, y de los que le hacen las gracias, enmarcados en las
fanáticas y criminales ideologías de extrema izquierda. Siguiendo sendas que conducen
a las mismas y calcadas conclusiones totalitarias de quienes les precedieron, y que
significaron la época más terrorífica para Europa, dan por sentado que todos ignoramos
sus intensiones e intenciones, sus andares, sus propósitos, sus fines y otras derivas
antípodas de todo humanismo. Asentando sus propósitos en las persistentes,
imparables, proyectadas a la cúspide maldades que mueven a una masa importante de
la sociedad, llámense odio, aversión, sectarismo, rechazo, injusticia y otras, con las
que pretenden de nuevo adoctrinar, y negando todo principio de humanismo, de
democracia, de fraternidad, de cordialidad y otros valores. Dan por sentado también
que ignoran la existencia que una parte de la sociedad evalúa lo que persiguen y que
toda esta tramoya no les sorprende en absoluto, y no les sorprende porque no ignoran
su pasado. Lo trágico de todo es que nos condenarán a repetirlo muy a nuestro pesar
dado que este calco de un pasado totalitario no conoce fronteras ni tiene escrúpulos de
ninguna clase, se limitarán a cumplir aquel dicho maquiavélico de que el fin justifica los
medios.