Sobre Maruenda y la derecha de alquiler. Artículo imprescindible+

Marhuenda, ese hombre
La derecha oficial es poco más que una
tribu más que dispuesta a dar por buenos
todos los dogmas que le sirva la izquierda.
Qué caramba: usted ya lo sabe, nos está
leyendo: somos un grupo de ultraderecha.
Ya sé, ya sé: “ultraderecha” es un término
que hace tiempo no significa nada, un
tapabocas que igual se usa con un neonazi
adorador del Estado omnímodo que con un
liberal que maldice el Estado, sus pompas y
sus obras. Un calificativo, en fin, que he
visto mil veces aplicado al propio Paco
Marhuenda.
Pero, vaya, ya me estoy adelantando otra
vez. La cosa es que Francisco Marhuenda,
director a la sazón de La Razón y ex político
que fue apartado del PP por un supuesto
caso de corrupción, aprovechó una
entrevista complaciente a José Bono para
calificar a esta su casa Intereconomía de
“grupo infecto de ultraderecha”.
Bueno, algo puedo decir de Marhuenda, ese
alivio cómico diario de las redes sociales -en
Twitter se espera la portada de La Razón
como si de La Codorniz se tratara-, y es que
no es de ultraderecha. Ni de derecha. Ni de
centro. Ni de nada.
Paco es algo mucho más entrañable, más
cañí, más nuestro: Paco es un pícaro. Paco
no tiene ideología, y lo mismo le da ocho
que ochenta. Invito al lector a que repase
las portadas de su diario y me diga si es
capaz de detectar principios medianamente
coherentes en ese panfleto fuera de un
servilismo a Mariano que causaría
vergüenza ajena en la propia Viri. Paco es el
maestro, el rey, el amo de eso tan español:
qué hay de lo mío.
Paco sabe de qué lado se unta su
mantequilla y de dónde le viene el pan, y si
se le va la mano con las portadas de
“Mariano, ese hombre”, el líder inmarcesible
recortado sobre un fondo de hojas otoñales
con la mirada perdida en el infinito, a
tiempo y a destiempo, como aconsejaba
San Pablo, no es por falta de entusiasmo o
dedicación, sino de talento. Qué desperdicio
que Mariano solo lea el Marca.
Un personaje así tenía que acabar en ese
grupo que vende ideas con la misma
imparcialidad que Mercadona vende
cosméticos, Planeta que, como corresponde
a la empresa de medios que se hizo con la
edición española de L’Osservatore Romano,
no hace acepción de principios y lo mismo
lideraba a la gente de bien y misa de doce
con La Razón y cierra España que azuzaba a
los separatistas de Catalonia is not Spain
desde Avui o deleitaba los bajos instintos
con la versión española de Playboy. Todo es
pescado lo que entra en su red.
La paradoja de Paco es que, sin creer en
nada salvo en sacar tajada, pisar moqueta y
palpar pelo, dirige el periódico que es, para
el común de la izquierda patria y de buena
parte de los indiferentes, el órgano oficial
de la derecha y, siendo así que en el
pecado de conservadurismo no hay
parvedad de materia, de la ultraderecha.
Usando el comodín del público: escriban en
el buscador Google “la razón ultraderecha” y
le saldrán 449.000 resultados en 0,34
segundos –por cierto, si hacen otro tanto
con “Marhuenda fascista”, el motor de
búsqueda arroja 24.600 resultados–.
El drama de la derecha española es que
tiene la cara de Paco Marhuenda. Quiero
decir, que aquí ideas, lo que se dice ideas,
las da la izquierda, aunque sean,
propiamente hablando, ideas de bombero.
Y lo que pasa por derecha, la derecha
oficial, la que manda y asienta sus
augustas posaderas en Congreso y Senado,
es poco más que una tribu más que
dispuesta a dar por buenos los dogmas que
le sirva la izquierda.
Venga, que levante la mano quien pueda
decirme una sola medida aplicada por el
Gobierno Rajoy netamente distinta a las
aprobadas o propuestas por los socialistas.
¿Los famosos recortes? No tengo que
recordar que los empezaron los socialistas,
que vienen impuestos por Bruselas y que
este Gobierno, como todos, se está
resistiendo a aplicarlos como gato panza
arriba.
¿El aborto? ¿Hay algún cambio del que no
me haya enterado, a pesar de las marchas
provida en las que participaron eximios
jerarcas peperos en tiempos de ZP y de
más de un año de Gobierno con mayoría
absoluta?
¿Matrimonio homosexual? Si acaso, los
munícipes del PP rivalizan con sus colegas
del PSOE en a ver quién casa más parejas
del mismo sexo.
Nacho Escolar, los chicos de La Marea, los
náufragos de Público, la izquierda caviar de
El País y el Bluffington Post y el resto de
amigos de esta sección, cuando elucubran
sobre conspiraciones neoliberales y oscuros
anhelos ideológicos detrás de determinadas
medidas del Gobierno están dedicando al
partido en el poder un elogio que no
merecen. No tienen ideología, ni siquiera,
propiamente hablando, ideas. La derecha
oficial es Marhuenda, Marhuenda es la
derecha. Este es el drama.
¿Quién duda que, de distribuirnos el
Gobierno popular mañana a los españoles
en koljozes y sovjozes, Marhuenda
encontraría el modo de dar en su portada
una versión radiante de la medida? Ayer
mismo aparecía en su primera el vicealcalde
de Madrid, Miguel Ángel Villanueva, que ha
dimitido por el escándalo del Madrid Arena
tras resistirse dos meses, con el sumario
“Botella fuerza la marcha del vicealcalde
para cerrar la crisis política”. Que Botella
haya declarado que Villanueva cuenta con
todo su apoyo es algo que no cuadra,
supongo, con los intereses de La Razón.
Infecto, ¿no les parece?

http://www.intereconomia.com/blog/un-
paseo-por-izquierda/marhuenda-hombre-
20130111

Y hasta forma verdaderos bloques monolíticos. Así están consiguiendo objetivos que de no ser por eso ni soñarían.

Y no les digo si no mediara la corrupción -que también en eso son como una piña solidaria- como iria la economía y los servicios públicos en esas regiones.

Mientras en España no solo no ocurre algo parecido, sino que hasta dentro de la propia izquierda y la propia derecha se llevan como perros y gatos.

Si no fuera porque allí donde izquierda y derecha van todos a una, es señal inquívoca de que estamos ante un régimen totalitario, habría que decir que el nacionalismo -en este caso español- sería la solución de la crisis.

Claro, que despues de todo tampoco sería posible, pues precisamente en lo único que en el fondo se comprenden y toleran la derecha, la izquierda y el centro es en la corrupción, que para eso fundaron el chiringuito que tanto entusiasma a los que se olvidan que estamos o vamos a estar en 6 millones de parados y creciendo.

O sea, al borde del estallido social.

Saludos