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VACACIONES DE SEMANA SANTA

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VACACIONES DE SEMANA SANTA
Enviado por batusi el día 5 de Abril de 2013 a las 09:54
VACACIONES DE SEMANA SANTA
Hace muchos años pasaba yo estos días de Semana Santa en la provincia de Almería. En una urbanización de Vera, llamada Puerto Rey entre Garrucha y Mojacar. Puerto Rey era entonces un sencillo pero exclusivo lugar donde pasaban los veranos algunas familias socialistas muy conocidas. Para mí esto no era motivo suficiente para dejarme caer por allí pero a la entonces mi pareja una finísima niña de Madrid dueños del Hotel Medio Día de atocha le gustaba el sitio y sobre todo porque yo pescaba tanto, en aguas de Mojacar y Carboneras que nos permitía hacer nuestra propia conserva y llevarnos a Pozuelo estas conservas de pescado para todo un año solo hacíamos en aceite y escabeche.
Tenía entonces un barco pequeño pero ideal para pescar… y era sin duda el madrileño más eficaz en estas artes. Esta locura por la mar y la pesca me la descubrió un amigo del alma, llamado Fernando Garrigues, también me presentó al carretilla de Garrucha, aún hoy en día miro al cielo y me parece ver esos ojillos picarones y esa boina negra roída por el sol, Mucho quería el carretilla a la familia Garrigues, especialmente a Don Fernando ya que le dio este alegrías colosales al viejo pescador.
El Puerto Rey socialista en Vera playas, “el playazo” reunía a los Almunía, Solana, Marin etc por la parte socialista por el ala liberal los Garrigues y que eran un montón, familia inglesa incluida con parlamentarios y todo aunque mucho más recortado de fondos que la familia española y por supuesto mucho más cursis. Demasiado he querido yo a mi Fernando que alberga un corazón más acogedor que su nariz. Por no citar otras partes más nobles de mi amigo y como decía el tío León, hubiera podido ser “el paquetón de totana” más por calidad que por cantidad a decir de cierta nobleza.
Por seguir con Puerto Rey, curioso era de ver como paseaba también por allí Amparo Rortdés de Milans, señora del General, a quien uno llevaba a la hora del almuerzo al Parador Nacional de Turismo en un Peugeot matricula de donosti, acompañándola del brazo hasta la puerta de sus aposentos bajo la atenta mirada de la Guardia Civil que nos daba escolta desde Puerto Rey al parador. Toda una señora…..
Puerto Rey era en la época el Escorial de Andalucía. Era el sitio perfecto para que los hijos de unos conocieran a los de los otros, yo como no tenía sucesores ni descendientes no tenía necesidad de cambiarme de ropa por la tarde. No obstante hay que reconocer que el espíritu socialista de Puerto Rey bien funcionó en el partido, yo conocí a más de uno más tieso que la mojama de Alboraya. Solo Don Jose Luis Garrigues tenía barco “Patari” se llamaba aquella Bertram de 9 metros de eslora. Que respeto producía Don Jose Luis siempre acompañado de su esposa y verlos salir de ese puerto de Garrucha como dos novios.
El Guerra, Alfonso, yo le recuerdo con barbas y con gafas redondas, leyendo siempre leyendo en la plaza del pueblo, ¿Dónde te albergabas Alfonso?.
Yo siempre fui cliente del Hotel El Moresco, yo pasaba mis vacaciones alojado allí. Más tarde supe cómo te hiciste con la casa de Antonio Bienvenida y de tantas otras cosas que me callo. Eso sí, tú fuiste anterior a Puerto Rey yo también y conocí Mojacar cuando el alcalde Jacinto chaqueta al hombro visitó a Fraga. Jacinto padre era enorme, Jacinto hijo el de la Maquisa y su mujer Rosa, mojaquesos currantes y buenos. Don Jacinto (padre) Alcalde, jamás practicó el cambio del uso del suelo me refiero a la calificación urbanística claro. Que lujo de alcalde y si fui por allí en aquellos años era porque yo pasaba largas temporadas en Olula del Rio y Macael. Haciendo apertura de canteras de mármol para Don Bautista Caro Pardo, para los “monos”, para Tortosa, etc., etc., volando montes con explosivos marca Dinamit Nobel y cartuchos de dinamita, trabajamos en la Mercantil Macmor S.A. con mis compañeros Viciana, Valdehomar y otros expertos en voladuras e ingeniería de minas. Nos protegíamos de las deflagraciones cobijándonos en las cucharas de las palas cargadoras Michigan o Caterpillar poniéndolas boca abajo con nosotros dentro y clavando los dientes de la pala en la tierra.
Nosotros hacíamos gracias a la experiencia en aquella época, voladuras controladas a “go” en la cuenca de mármol en Asturisas, en Cordoba en Colombia en Venezuela y en tantos sitios jamás lo pregonábamos, era peligroso pero recuerdo una voladura cercana a Oula donde estando cerca la vía del tren y donde el Alcalde nos avisó ¡ojo con la vía! Llevamos a cabo una voladura digamos bastante grande y no cayó en la vía ni una sola piedra.
“En el pozu María Luisa cayeron cuatro mineros mira mira maruxina, mira mira como vengu yo”.
Pues mientras mis coelgas los fines de semana se marchaban a Madrid por asuntos familiares yo con un seat 850 alquilado por la empresa me refugiaba en Mojacar, la primera parada en la venta de Gurulla, poco antes de Garrucha a saludar a la Tía Gurulla una vieja entrañable, de allí a Mojacar donde me decían ¿otra vez aquí? Pues pensaban que venía de Madrid. Yo jamás contaba cosas sobre mi trabajo a nadie. Mojacar no tenia chiringuitos en la playa, solo uno del hotel y bajaban a los clientes, en su mayoría ingleses en un autobús a tal efecto cuantas veces por comodidad me llevaba en el maletero algún explosivo nuevo de los que tenia para la venta, cable-cordones y explosivos tapados con una manta. Como era aquella España, que gusto Dios mío, jamás tuve ni un solo problema, yo entonces en Mojacar tenía amigos mojaqueros, yo era de Madrid y además yo ganaba bastante dinero, como pasó en el resto de mi vida. Yo he tenido además la suerte por méritos propios de estrechar la mano de algunos Presidentes de países de este mundo mundial, hacerme a mí pasar por un falso transporte en mi coche desde Marruecos a España, tres años y medio en prisión con la edad que tengo y lo pasao pasao, es una burrada.
EUGENE CONSTANT
ExReuter