L. D.-
El general basó su opinión en la experiencia militar soviética en Afganistán en los años 80. Según Kovaliov, los bombardeos del territorio afgano son ineficaces porque se trata de una “zona montañosa con muchísimos refugios y escondites, tanto naturales como artificiales, cavados en los 20 años de guerra”. Hay un amplio sistema de pozos y pasos subterráneos; ciudades enteras, explicó. Los combatientes integristas y sus mandos se desplazarán sin problemas a estos refugios mientras que la población civil sufrirá los ataques, añadió.
El antiguo jefe de uno de los servicios secretos más potentes del mundo advirtió también contra una operación terrestre que puede causar “múltiples bajas a las fuerzas de invasión”, debido a las dificultades de maniobra en el terreno montañoso y a la gran capacidad de los afganos de luchar en estas condiciones.
El general Kovaliov descartó la participación directa de las fuerzas rusas en las operaciones de castigo, aunque abogó por una colaboración “muy estrecha” con los servicios secretos de Estados Unidos y el apoyo logístico a Washington en esta operación.
Mientras tanto, en Rusia se rumorea que las fuerzas aéreas estadounidenses podrán utilizar las dos bases militares rusas en Tayikistán y una base en Bagram, en el norte de Afganistán. Los aeródromos militares de Tayikistán están controlados actualmente por la 301 división motorizada rusa, desplazada en esta república ex-soviética de Asia Central para protegerla de la posible invasión integrista desde el territorio de Afganistán. La base de Bagram se encuentra bajo la custodia de la opositora Alianza del Norte que recibe las armas desde Rusia y combate el régimen de los talibanes.
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El antiguo jefe de uno de los servicios secretos más potentes del mundo advirtió también contra una operación terrestre que puede causar “múltiples bajas a las fuerzas de invasión”, debido a las dificultades de maniobra en el terreno montañoso y a la gran capacidad de los afganos de luchar en estas condiciones.
El general Kovaliov descartó la participación directa de las fuerzas rusas en las operaciones de castigo, aunque abogó por una colaboración “muy estrecha” con los servicios secretos de Estados Unidos y el apoyo logístico a Washington en esta operación.
Mientras tanto, en Rusia se rumorea que las fuerzas aéreas estadounidenses podrán utilizar las dos bases militares rusas en Tayikistán y una base en Bagram, en el norte de Afganistán. Los aeródromos militares de Tayikistán están controlados actualmente por la 301 división motorizada rusa, desplazada en esta república ex-soviética de Asia Central para protegerla de la posible invasión integrista desde el territorio de Afganistán. La base de Bagram se encuentra bajo la custodia de la opositora Alianza del Norte que recibe las armas desde Rusia y combate el régimen de los talibanes.
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