L D (Agencias)
El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Felipe Pérez Roque, ha exigido que Hugo Chávez y las autoridades “elegidas democráticamente por el pueblo” venezolano recuperen el poder. Curiosamente, Cuba exige respeto a la democracia, algo que desconocen sus ciudadanos desde que Fidel Castro llegara al poder en la isla hace ya 43 años.
Lo cierto es que el régimen castrista ha perdido a su gran valedor en el continente americano, ya que Venezuela era su principal proveedor de petróleo tras el acuerdo firmado entre Castro y Chávez hace dos años. El nuevo gobierno venezolano ha cortado ya el suministro petrolero a Cuba y, además, se han producido manifestaciones violentas en la puerta de su embajada en Caracas, lo que aún ha enervado más los ánimos.
Pero Cuba no ha sido el único país latinoamericano que ha denunciado la destitución de Hugo Chávez y el cambio de Gobierno en Venezuela. El presidente argentino Eduardo Duhalde , que se encuentra en Costa Rica asistiendo a la cumbre del Grupo de Río, ha denunciado la actitud “típica de una dictadura” del nuevo Gobierno venezolano de transición. Duhalde, durante su programa radiofónico de todos los sábados, ha dicho que lo sucedido en Venezuela fue un “golpe de Estado”.
Analistas consultados por Libertad Digital dijeron que las palabras de Duhalde son “sorprendentes”, sobre todo si se recuerda cómo llegó él al poder: perdiendo unas elecciones y siendo designado por el Parlamento de su país tras el caos nacional que provocó la dimisión del presidente legítimo, Fernando de la Rúa.
En la misma Cumbre de Río a la que asistió Duhalde también otros presidentes latinoamericanos se han manifestado sobre lo ocurrido en Venezuela. En una declaración conjunta, condenaron “la interrupción del orden constitucional” en este país vecino y también miembro del Grupo de Río. Luego, cada país expresó sus opiniones. Al respecto, el presidente mexicano, Vicente Fox, dijo que la caída del Gobierno de Chávez fue producto de “una intensa y amplia reacción social” provocada por el “manejo errático” de la economía venezolana. Fox también dijo que México “se abstendrá de reconocer o no” al nuevo Gobierno de Venezuela, pero no suspenderá sus relaciones diplomáticas.
Más prudente fue el peruano Alejandro Toledo, quien afirmó que “sería inoportuno e inapropiado decir si fue golpe de Estado”. El presidente de El Salvador, Francisco Flores, dijo que su país da “un voto de confianza” al nuevo Gobierno venezolano. En la misma línea se manifestó también el presidente de Colombia, Andrés Pastrana , que llamó por teléfono al nuevo presidente venezolano, Pedro Carmona, para mostrarle "todo el apoyo y la solidaridad expresa del pueblo colombiano en este proceso de transición".
Los dignatarios que han asistido a la cumbre coincidieron en que la crisis de Venezuela debe ser resuelta mediante mecanismos que garanticen la vigencia de la democracia y el Estado de Derecho. El Grupo de Río lo integran Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guyana, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.
Lo cierto es que el régimen castrista ha perdido a su gran valedor en el continente americano, ya que Venezuela era su principal proveedor de petróleo tras el acuerdo firmado entre Castro y Chávez hace dos años. El nuevo gobierno venezolano ha cortado ya el suministro petrolero a Cuba y, además, se han producido manifestaciones violentas en la puerta de su embajada en Caracas, lo que aún ha enervado más los ánimos.
Pero Cuba no ha sido el único país latinoamericano que ha denunciado la destitución de Hugo Chávez y el cambio de Gobierno en Venezuela. El presidente argentino Eduardo Duhalde , que se encuentra en Costa Rica asistiendo a la cumbre del Grupo de Río, ha denunciado la actitud “típica de una dictadura” del nuevo Gobierno venezolano de transición. Duhalde, durante su programa radiofónico de todos los sábados, ha dicho que lo sucedido en Venezuela fue un “golpe de Estado”.
Analistas consultados por Libertad Digital dijeron que las palabras de Duhalde son “sorprendentes”, sobre todo si se recuerda cómo llegó él al poder: perdiendo unas elecciones y siendo designado por el Parlamento de su país tras el caos nacional que provocó la dimisión del presidente legítimo, Fernando de la Rúa.
En la misma Cumbre de Río a la que asistió Duhalde también otros presidentes latinoamericanos se han manifestado sobre lo ocurrido en Venezuela. En una declaración conjunta, condenaron “la interrupción del orden constitucional” en este país vecino y también miembro del Grupo de Río. Luego, cada país expresó sus opiniones. Al respecto, el presidente mexicano, Vicente Fox, dijo que la caída del Gobierno de Chávez fue producto de “una intensa y amplia reacción social” provocada por el “manejo errático” de la economía venezolana. Fox también dijo que México “se abstendrá de reconocer o no” al nuevo Gobierno de Venezuela, pero no suspenderá sus relaciones diplomáticas.
Más prudente fue el peruano Alejandro Toledo, quien afirmó que “sería inoportuno e inapropiado decir si fue golpe de Estado”. El presidente de El Salvador, Francisco Flores, dijo que su país da “un voto de confianza” al nuevo Gobierno venezolano. En la misma línea se manifestó también el presidente de Colombia, Andrés Pastrana , que llamó por teléfono al nuevo presidente venezolano, Pedro Carmona, para mostrarle "todo el apoyo y la solidaridad expresa del pueblo colombiano en este proceso de transición".
Los dignatarios que han asistido a la cumbre coincidieron en que la crisis de Venezuela debe ser resuelta mediante mecanismos que garanticen la vigencia de la democracia y el Estado de Derecho. El Grupo de Río lo integran Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guyana, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.
