El gobernador de Florida, Ron DeSantis, prometió gastarse 8 millones de dólares para trasladar a los inmigrantes ilegales de su estado y dejarlos en los estados demócratas. La idea le gustó al gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott y él mismo ha decidido fletar un par de autobuses con entre 75 y cien inmigrantes para trasladarlos directamente hasta la residencia oficial de la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris.
Según ha informado Fox News, el grupo de inmigrantes, que incluye a personas de Venezuela, Uruguay, Colombia y México, salió de Eagle Pass (Texas) y ha llegado este jueves a las proximidades del Observatorio Naval, donde se ubica la residencia de la vicepresidenta, en Washington DC.
El convoy de autobuses llegó pocas horas después de que el gobernador de Florida cumpliera también su promesa enviado dos aviones llenos de inmigrantes ilegales, sobre todo venezolanos, a la exclusiva isla de Martha's Vineyard el miércoles. El inesperado aterrizaje obligó a los responsables de gestión de emergencias a movilizarse para darles atención sanitaria, comida y alojamiento.
Washington DC declara la emergencia pública
El pasado mes de abril, Abbott anunció su intención de mandar a indocumentados a Washington DC, como respuesta a la decisión del Gobierno de Biden de rescindir una normativa sanitaria que permitía expulsarlos por la pandemia y que no llegó a ponerse en marcha por el bloqueo de los tribunales.
Desde entonces, Abbott ha enviado decenas de autobuses llenos de inmigrantes ilegales a Washington DC, la ciudad de Nueva York y Chicago. El gobernador asegura que los pueblos fronterizos de Texas están desbordados y quienes están en el poder en Washington DC y Nueva York deberían afrontar las realidades de la crisis fronteriza.
Además de Florida y Texas, el gobernador de Arizona, el republicano Doug Ducey, emuló la medida y también comenzó a mandar autobuses con migrantes a la capital. La situación se ha desbordado de tal forma que la semana pasada, la alcaldesa de Washington DC, Muriel Browser, tuvo que declarar el estado de emergencia pública ante la incapacidad para atenderlos. También ha pedido dos veces la ayuda de la Guardia Nacional, pero ambas solicitudes han sido denegadas por el Pentágono.
Que los fondos de Texas se desvíen a Chicago
En Chicago también se encuentran al límite y su alcaldesa, Lori Lightfoot, ha exigido que los fondos federales actualmente asignados a Texas para hacer frente a la oleada continua de inmigrantes ilegales que cruzan la frontera sur se desvíen a Chicago. Por su parte, el gobernador demócrata de Illinois, JB Pritzker, ha pedido ayuda a la Guardia Nacional para tratar de controlar la situación.
Pritzker ha asegurado que el gobernador de Texas ha realizado una "demostración despiadada" de la política sobre las personas y ha afirmado que los inmigrantes tienen permiso de residencia temporal: "Estas son personas que están legalmente en nuestro país. Repito: han sido examinados en la frontera, tienen permiso legal para residir temporalmente en nuestro país. Son solicitantes de asilo que huyen de la opresión o la persecución en sus propios países", dijo Pritzker.