La normativa obliga al registro de todos los anfitriones, que no pueden alquilar su vivienda completa menos de 30 días si no están presentes, lo que ha hecho florecer un mercado negro de alquileres y todo en un momento en que los hoteles están por las nubes porque claro, no hay Airbnb. Los pocos hoteles que están disponibles se aprovechan de la falta de oferta y disparan los precios. En un país en el que no hay un sistema público de pensiones, la gente mayor tiene que buscarse la vida para obtener ingresos. Para muchos, como Kurt Thometz, esta era su "pensión". Y

