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Daniel Rodríguez Herrera, subdirector de Libertad Digital, analiza el nuevo intento de asesinato de Donald Trump antes de las elecciones en Estados Unidos.

Han intentado matar a Trump… otra vez

Daniel Rodríguez Herrera, subdirector de Libertad Digital, analiza el nuevo intento de asesinato de Donald Trump antes de las elecciones en Estados Unidos.

Tenía pensado comentarles cómo la historia de los inmigrantes haitianos comiendo gatos se ha convertido en el meme del momento y cómo incluso los intentos por parte de los medios de desmentir la historia (que parece ser cierta, aunque en una ciudad distinta a la indicada inicialmente) han llevado a que la inmigración se convierta en el principal asunto de campaña, justo lo que conviene a los republicanos. Pero no. Alguien ha intentado matar a Trump por segunda vez durante esta campaña.

Esta vez, el Servicio Secreto sí actuó al encontrar al asesino con una AK-47 en el campo de golf de Trump en Florida, un par de hoyos por delante del que estaba el expresidente jugando. Pero volvieron a mostrar su ineptitud no siendo capaces de detenerle pese a dispararlo, teniendo que ser un sheriff local quien lo hiciera.

Los medios han hecho lo que han podido para diluir el asunto. El New York Times habla de "lo que el FBI llama ‘intento de asesinato’", el Washington Post de un "posible segundo intento de asesinato", la CBS como un "incidente investigado como intento de asesinato", Político de que el "FBI investiga el incidente de Florida como un intento de asesinato" y CNN, NBC, ABC, Axios, Boston Globe y muchos otros hablan de "aparente intento de asesinato". Naturalmente, incluso en esto El País gana a sus homólogos yanquis: "Trump, a salvo tras un tiroteo en su club de golf", como si esos disparos hubieran ocurrido en un intento de robo. Como lo han pillado a tiempo y Trump no ha recibido un disparo ni ha estado a centímetros de morir, pues vamos a tratarlo como si fuera algo que no tiene importancia.

En esta ocasión no hay dudas sobre las motivaciones del crimen porque el asesino es muy y mucho de izquierdas, otro seguidor de Bernie Sanders, como el que disparó en el entrenamiento de béisbol de varios congresistas republicanos que salvaron la vida de milagro. Pero al final, la conclusión más interesante que podemos sacar de todo esto es cómo se supone que el discurso de odio que provoca violencia siempre viene de la derecha, pero quien acaba ejerciendo la violencia real suele ser la izquierda. En Estados Unidos y en el resto de Occidente.

Sí, Trump es un tipo tremendamente desagradable al que este segundo intento de asesinato le ha venido bien para que quede en segundo plano su mensaje en su red Truth Social anunciando su odio hacia Taylor Swift, quien anunció su apoyo a Kamala Harris inmediatamente después del debate. Sí, tiene el baldón del 6 de enero, pero en lo que llevamos de siglo llevo viendo cómo se acusa rutinariamente a todo candidato republicano de ser Hitler, incluso tipos tan moderados y anodinos como McCain o Romney. Durante el segundo mandato de Bush se llegó a estrenar en los cines una película sobre el asesinato fantaseado del entonces presidente. Y todo ese odio ha llegado al paroxismo contra Trump, que en buena parte debe su éxito a que trata a los demócratas con la misma medicina que éstos creen de uso exclusivo.

¿De verdad a alguien le sorprende que cuando todos los políticos rivales y los demás medios nos aseguran que Trump es la más grave amenaza a la democracia y que si gana ya no habrá más elecciones haya alguien que se lo crea y actúe en consecuencia? Estuvieron a punto de conseguir incitar lo suficiente a alguien como para que asesinara a un magistrado del Tribunal Supremo y ya van dos intentos contra Trump. Y eso que están en el poder. Si gana Trump, esto irá a más. Bueno, y si gana Kamala también.

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