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Daniel Rodríguez Herrera analiza la victoria de Vance sobre su rival Tim Walz.

J.D. Vance vence a Tim Walz en el debate de vicepresidentes

Daniel Rodríguez Herrera analiza la victoria de Vance sobre su rival Tim Walz.

Si ya les comenté que probablemente el debate entre Trump y Kamala no iba a tener grandes consecuencias sobre la carrera electoral, se pueden ustedes imaginar la importancia que pienso que va a tener el debate entre J.D. Vance y Tim Walz, los dos candidatos a la vicepresidencia. Eso no quita para que no pueda tener algún efecto y, si lo tiene, será sin duda a favor de la candidatura republicana. Porque Vance ganó el debate, y de largo.

Fue un debate que contrastó notablemente con los dos que ha mantenido Trump con Biden y Harris por la educación y el civismo demostrado. Pero no por las moderadoras, que pese a que las campañas habían acordado que no corregirían los errores o mentiras de los candidatos decidieron hacerlo con Vance¡cuando estaba diciendo la verdad! Vance replicó explicando porqué lo que decía era correcto y entonces decidieron ¡apagarle el micrófono! No fue naturalmente lo único que hicieron para intentar inclinar la balanza en favor de Walz, pero al contrario que Trump, J.D. Vance fue capaz de lidiar con su parcialidad sin poner mala cara ni decir una mala palabra, pero con firmeza.

Y es que si algo ha quedado claro de este debate es que Vance es mucho más capaz de explicar qué es el trumpismo que el propio Trump. Esquivó con cierto éxito las preguntas sobre aborto y el asalto al Capitolio y logró hablar casi de forma permanente, fuese cual fuese el tema propuesto, de los dos puntos que probablemente más daño podían hacer a la campaña demócrata: que Harris es corresponsable de todo lo que ha hecho el muy impopular Biden y que la inmigración ilegal es un problema del que ella es también culpable. Ya saben: si se habla de aborto gana Kamala, si se habla de inmigración gana Trump. Vance logró que se hablara de inmigración, y lo hizo con tranquilidad, amabilidad y claridad.

En cambio, a Walz se le vio especialmente nervioso, sobre todo al comienzo, que es el momento más importante de los debates porque es lo que más espectadores congrega. Su momento más bajo fue cuando le preguntaron por la que seguramente sea la más inocente de las mentiras que ha colado durante años en su propia biografía: que estaba en Hong Kong en 1989 cuando tuvo lugar la masacre de Tiananmen. Empezó a divagar sobre haber crecido en un pequeño pueblo, haber sido profesor y llegó a calificarse a sí mismo de "cabeza hueca"… pero sin responder. Al final la moderadora hizo por una vez su trabajo y repreguntó y tuvo que decir que, bueno, se equivocó al hablar. Llega a contestar simplemente eso y hubiera sido un momento relativamente inocuo. Ahora se ha convertido en el momento más viral del debate.

Algo debía olerse la campaña de Harris cuando pocas horas antes la propia vicepresidenta explicó que durante las primeras semanas tras defenestrar a Biden apenas pudo dormir, y que fue en ese estado de privación de sueño en el que se decidió por Walz. Como si se estuviera poniendo la venda antes que la herida. Lo que ha quedado claro tras el debate es que Trump acertó al elegir a su vicepresidente y Harris erró al escoger a Walz en lugar del gobernador de Pennsylvania, Josh Shapiro. Pero claro, ¿cómo iba a escoger a un judío siendo las bases más radicales de su partido cada vez más antisemitas?

Aunque Trump y Harris son de sobra conocidos por los norteamericanos, obviamente hay más dudas sobre cómo ésta última gobernaría en solitario. La elección de vicepresidente tiene importancia porque permite ver qué tipo de personal elegiría para su hipotética administración. Y esa asignatura la ha suspendido. Está por ver que haya suficientes votantes que saquen esta misma conclusión y, en consecuencia, se decidan por Trump.

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