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Daniel Rodríguez Herrera comenta la noticia del indulto de Biden a su propio hijo Hunter quien había sido condenado por varios delitos.

Joe Biden indulta a su hijo Hunter… y a sí mismo

Daniel Rodríguez Herrera comenta la noticia del indulto de Biden a su propio hijo Hunter quien había sido condenado por varios delitos.

Como todos sabíamos que haría pese a que una y otra vez prometió no hacerlo, el todavía presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha indultado a su hijo Hunter Biden, quien había sido condenado por fraude fiscal y posesión ilegal de un arma de fuego; delitos de los que aún no se había dictado sentencia.

Todo el decreto en el que anuncia y explica la decisión parece un caso de proyección. Empieza asegurando que ha basado toda su carrera política en un principio básico: decir siempre la verdad, para luego anunciar una medida que había prometido varias veces no tomar, la última de ellas en junio de este año tras la condena por fraude. Quizá pretenda hacer como Sánchez y asegurarnos que nunca ha mentido y se ha limitado a cambiar de opinión.

Pero lo más notable es la justificación de por qué lo hace: según él, Hunter Biden ha sufrido una cacería de la oposición. La realidad, sin embargo, es que él y su partido pusieron todo el peso de la máquina del Gobierno federal para intentar librarlo de una condena. No hubo agencia de tres letras que no hiciera todo lo posible para que el hijo del presidente, quien obviamente carece de la inmunidad del padre por razón de su cargo, no tuviera problemas con la justicia.

Todo ello es especialmente notable cuando se contrasta con el caso de Donald Trump. Los delitos por los que se ha condenado a Biden pueden ser menores, aunque podría haber sido condenado hasta 17 años en prisión, pero la razón es que los crímenes políticamente importantes, los de corrupción, no han sido perseguidos no sólo por ser él quien es, sino porque el producto que vendía Hunter Biden era el acceso a su padre, entonces vicepresidente.

Por poner el ejemplo más evidente, el caso Burisma: una energética ucraniana que lo colocó en su consejo de administración pagándole un millón de dólares al año cuando no conocía el idioma ni tenía conocimientos ni experiencia en el negocio. Había correos en el portátil de Hunter Biden que mostraban que el ahora presidente recibía su parte de los distintos "negocios" de su hijo. En definitiva, mientras que las instituciones del estado han hecho todo lo posible por condenar a Trump sacándose supuestos delitos hasta de debajo de las piedras, han procurado que el presidente demócrata y su familia salieran de rositas; las únicas investigaciones que han salido adelante, como sucedió con Al Capone, han sido por asuntos menores.

Hay un detalle importante: el perdón presidencial abarca todos los posibles delitos que haya podido cometer Hunter entre el 1 de enero de 2014 y este domingo 1 de diciembre. Fue en 2014 cuando colocaron a Hunter Biden en Burisma y cuando también comenzó la venta de "acceso" al entonces vicepresidente, que ya sabía que el partido había decidido que no se presentara a las elecciones porque le tocaba a Hillary y que pensaba que su carrera política ya había acabado y ¡qué demonios! ¿Por qué no aprovechar?

Eso es lo que realmente ha indultado Biden. No tanto a su hijo, que también, sino sobre todo a sí mismo.

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