El presidente de EEUU, Donald Trump, ha anunciado que las tarifas arancelarias que gravan las importaciones de acero del país norteamericano se duplicarán a partir del 4 de junio. Hasta el momento, se encontraban en el 25% desde la entrada en vigor de la medida el pasado mes de marzo y próximamente ascenderán al 50%. Una medida que, según afirmó el presidente de Estados Unidos, "reforzará aún más la seguridad de la industria estadounidense" y que "nadie lo va a eludir".
Así lo ha advertido en un mitin realizado en la planta de la siderúrgica US Steel en el estado de Pensilvania en el que también ha asegurado la gran recuperación de sus industrias: "Nuestras industrias del acero y el aluminio se están recuperando como nunca antes". Por ello, Trump pretende que esta decisión siga beneficiando al "acero estadounidense" y se protejan los empleos de los trabajadores de la industria siderúrgica del país.
Orgullo nacional
El mandatario de la Casa Blanca ha apelado así al orgullo nacional: "No queremos que el futuro de Estados Unidos se construya con acero de mala calidad de Shanghai; queremos que se construya con la fuerza y el orgullo de Pittsburh. Es acero de Pittsburgh, es acero estadounidense, y será algo aún más especial cuando se inviertan miles de millones de dólares en nuevos equipos aquí".
Esta medida llega después de que Trump acusase a China de saltarse la tregua arancelaria que supuso la rebaja de los aranceles entre ambos países hace dos semanas, y de la amenaza a la Unión Europea de elevar al 50% el tipo arancelario de sus exportaciones. Esto último se espera que entre en vigor a partir del 1 de junio.
Por otro lado, la mayor parte de los aranceles de la Administración norteamericana fueron suspendidos por un tribunal el pasado miércoles 28 de mayo al considerar que el presidente estadounidense se extralimitó de sus funciones. Sin embargo, un día después, el tribunal de apelaciones levantó el bloqueo a la medida mientras se resuelve el caso.
Por último, cabe destacar que el comunicado oficial del mandatario de la Casa Blanca se produjo desde la planta de US Steel en Pittsburgh después de que la semana pasada diera su apoyo a la operación en la que la japonesa Nippon Steel se haría con la compañía. Se trata de una compra a la que se había opuesto en otras ocasiones.