El Senado de EEUU ha aprobado el paso a votación del ambicioso paquete fiscal de Donald Trump en una votación decidida por 51 a 49. Está por ver que finalmente se aprueba tras el voto en contra de dos senadores republicanos, que se niegan a dar luz verde a un proyecto que crearía un déficit fiscal de 240.000 millones de dólares al año durante la próxima década, al superar los recortes fiscales a los recortes al gasto público.
Los senadores Thom Tillis y Rand Paul han anunciado su voto en contra, uniéndose al bloque demócrata. Mientras que Rand Paul siempre fue un voto negativo por el incremento del déficit, que para él es y ha sido siempre una línea roja, Tillis se ha centrado en los recortes de gasto, calificando el proyecto de "error en materia de salud" y una "traición a una promesa" del propio Trump. "Los republicanos están a punto de cometer un error", sentenció. Según la Oficina Presupuestaria del Congreso, la ley de Trump provocaría que casi 12 millones de personas perdieran su seguro médico público para el año 2034.
Tras su voto en contra, Donald Trump arremetió contra Thom Tillis en su red social Truth, lo que llevó al senador de Carolina del Norte a anunciar que no se presentará a la reelección en 2026. "No os volváis locos", ha advertido a sus compañeros de partido, asegurando que el crecimiento económico compensará con creces la pérdida de ingresos por rebaja de impuestos. "Lo compensaremos todo, multiplicado por diez", prometió.
Habitualmente, las senadoras más díscolas dentro del bloque republicano son Susan Collins, que tiene que hacer encaja de bolillos para seguir siendo reelegida por Maine, un estado mayoritariamente demócrata, y Lisa Murkowski, senadora por Alaska que ha conseguido sobrevivir varias legislaturas en un estado de mayoría republicana pese a votar en contra de los suyos con bastante frecuencia. Si una de ellas vota en contra, decidirá el voto de desempate del vicepresidente, JD Vance. Pero si lo hacen las dos, la reforma podría morir en el Senado.