
El piloto de un vuelo de SkyWestl se vio obligado a realizar una maniobra 'agresiva' para esquivar a un bombardero B-52 que apareció súbitamente en su ruta de aterrizaje en Dakota del Norte. El avión, según los testigos, llegó a ponerse "completamente de lado".
La pericia del piloto evitó una catástrofe. En una grabación, se le oye disculparse por la brusquedad de la maniobra, que le pilló "por sorpresa". La razón: el control de tráfico aéreo, gestionado por la Administración Federal de Aviación (FAA), no le había alertado de la presencia del gigante militar, a pesar de haberle dado luz verde para aterrizar.
Este incidente no es un caso aislado, sino un síntoma más del caos y la obsolescencia que sufre la aviación civil en EEUU. Se produce tras un accidente mortal en enero en Washington que destapó la grave falta de coordinación con aeronaves militares, la escasez de controladores y la necesidad urgente de modernizar las infraestructuras.
La web de seguimiento aéreo Flightradar24 refleja que el vuelo de SkyWest tuvo que ganar altura de nuevo y dar la vuelta para poder reiniciar la aproximación al aeropuerto desde el sureste.
Según muestra el vídeo que una pasajera compartió en redes sociales, el piloto se disculpó después, asegurando que el control de tráfico aéreo no le alertó sobre la presencia del avión militar.
"Perdón por la maniobra agresiva. Esto me ha pillado por sorpresa. Esto es completamente anormal. No entiendo por qué no nos han avisado", se escucha en la grabación.
A #Delta Connection flight, operated by #SkyWest Airlines, experienced a near-miss with a U.S. Air Force B-52 bomber on Friday, July 18, 2025, while on final approach to #Minot Int'l Airport (MOT) in #NorthDakota.
🎥 ©️NBC News/Monica Green#DL3788 #Minneapolis #B52 #USAirForce pic.twitter.com/kYa6FFFfos
— FlightMode (@FlightModeblog) July 22, 2025
Tanto SkyWest como la Administración Federal de Aviación (FAA) están investigando lo sucedido.
Aunque el Congreso ya ha aprobado una partida millonaria, el propio secretario de Transporte admite que se necesitará más del doble para actualizar los sistemas. Una inversión que llega tarde y que evidencia años de dejadez en la seguridad de los cielos estadounidenses.
