
La Administración de Donald Trump se ve abocada al cierre. La Casa Blanca ha ordenado a las agencias gubernamentales "implementar sus planes para un cierre ordenado" ante el bloqueo de los demócratas en el Senado al plan presupuestario, que requiere de 7 votos de senadores demócratas para ser aprobado. Sin acuerdo a la vista, la parálisis es inminente.
En una circular enviada por la Oficina de Administración y Presupuesto, el Ejecutivo de Trump acusa directamente a la bancada demócrata de "forzar el cierre del Gobierno". El documento subraya las "descabelladas exigencias políticas" de la oposición, que incluyen la friolera de "un billón de dólares en nuevos gastos", algo más de 850.000 millones de euros al cambio.
Buena parte del dinero iría destinado a la sanidad pública, que la ley presupuestaria de primera recortó, al expulsar a los inmigrantes ilegales del sistema Medicaid y poner coto al fraude, que durante los últimos gobiernos no se persiguió. Los demócratas exigen también la renovación de los subsidios del programa Obamacare, cuya expiración a final de este año estaba en la ley original que aprobó su partido.
Al igual que en anteriores ocasiones, alrededor de 750.000 empleados federales dejarán de trabajar y cobrar el sueldo, aunque recuperarán el dinero perdido cuando se reincorporen. Si se reincorporan, porque Donald Trump no ha descartado despedir permanentemente a "muchos" trabajadores, una medida drástica que se saldría de la línea habitual en anteriores cierres, pero que forma parte de su empeño por reducir el tamaño del funcionariado.
La ley de financiación provisional ha sido rechazada con 55 votos a favor y 45 en contra, sin alcanzar los 60 necesarios. Este será el decimocuarto cierre gubernamental de la historia de Estados Unidos, el primero desde el parón de cinco semanas que también se produjo durante la presidencia de Trump en 2019. Al contrario que en otras ocasiones, el Gobierno dejará abiertos casi en su totalidad los parques nacionales, cuyo cierre fue la medida de presión más efectiva de Obama para detener los cierres durante su etapa de gobierno.

