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Democracia en América

Mucho humo y pocas luces

Si hay algo que Barack Obama y su equipo saben hacer bien es controlar la comunicación y los tiempos mediáticos. El problema es que tras una larga campaña electoral y a sólo unas semanas para alcanzar los primeros cien días de presidencia, hay ya en el ambiente un tufillo de saturación mediática en torno a Obama. Las dos semanas anteriores al viaje europeo del señor presidente, los norteamericanos tuvimos Obama hasta en la sopa: entrevista televisiva con Jay Leno (con la bromita de los "paralímpicos"…); otra entrevista presidencial en el programa "60 minutes"; otra conferencia de prensa en la Casa Blanca con inmenso teleprómpter; otro encuentro "virtual" televisado desde la Casa Blanca… y así día sí y noche también. Y luego… lo del viajecito a Europa, con el glamour desplegado por la pareja presidencial y la cantinela servida con discursos, ruedas de prensa, declaraciones, fotos… y con Zapatero como guinda al pastel. Aquí, valga aclarar, lo del presidente español ha pasado bastante desapercibido.

Lo peor ha llegado en su discursillo por Turquía donde ha hecho gala de estar muy poco interesado en el "excepcionalismo" norteamericano, algo que aquí no ha sentado nada bien. Sucede que esta saturación mediática de y sobre Obama no engaña a una parte importante de los norteamericanos pues la realidad nacional es la que es y Obama vuelve de Europa sin un apoyo real ni en lo económico ni el número de soldados de cara al tema clave de la Guerra contra el terrorismo que se libra ahora en Afganistán. Los norteamericanos bien lo saben, y las tropas también, aunque Obama disimule y aunque ya no hable de "guerra contra el terrorismo". Y aunque tampoco quiera reconocer el cada vez más visible éxito de Bush en Irak... Cuando todo esto viene de un Presidente como Obama que -al igual que el líder Demócrata del Senado, Harry Reid- se opuso a la exitosa escalada de tropas en Irak y hasta censuró al mismo general David Petraeus, la cosa resulta poco creíble. Pese al humo mediático y al glamour de la gira europea, la realidad económica interna no engaña ya a casi nadie. Las medias tintas de Obama, tampoco.

La repetida y supuesta gran inteligencia de Obama y su inigualable capacidad para solucionar los problemas reales de la ciudadanía y llevar adelante un cambio positivo para Estados Unidos es una de las mayores falacias vistas en la historia política y presidencial norteamericana. Muchos son quienes van despertando ya de este sueño y se van dando cuenta de que Obama porta más humo que hechos concretos. Porque humo es decir -como hace Obama- que se aumentará la duda nacional en 9 trillones de dólares (en acepción norteamericana) y después asegurar que el gasto se recortará en 4 trillones. Humo es afirmar que quiere que las tropas salgan de Irak en los próximos 16 meses y seguir diciendo lo mismo cada día durante los siguientes 27 meses, como si aquí los conservadores de ayer y hoy fuéramos tontos o no supiéramos contar. Humo es decir que Corea del Norte o Irán detendrán sus programas nucleares gracias al diálogo propiciado por su Administración.

Sólo en el tema económico, humo es seguir culpando a Bush por el déficit presupuestario, pues en menos de ochenta días, Obama ha cuadriplicado aquel déficit inicial de Bush de 1,2 trillones de dólares y ha creado ya una nación deficitaria para muchos años. Humo es decir que los medios para Defensa están garantizados y luego recortar hasta 30.000 millones de dólares, todos ellos necesarios, para hacer frente a los retos de un mundo cada vez más convulso. Y todo esto no es más que un aperitivo al presupuesto plagado de gastos que Obama y los Demócratas pretenden aprobar. Los conservadores han ofrecido ya planes alternativos y reales que simplifican el código impositivo y que reforman programas costosísimos como el de la Seguridad Social y el de "Medicaid"; planes que reducen los impuestos a las compañías desde el 35% al 25% y a los ciudadanos en niveles inferiores de tres simples tramos del 10%, 15% y 25%. La cosa no resulta fácil y el Partido Republicano no es precisamente ahora un ejemplo de virtudes en este terreno, pero una cosa son los Republicanos y otra los conservadores. Entre estos últimos, no faltan propuestas interesantes que son permanentemente ignoradas por Obama, Reid y Pelosi.

Aun así, la impronta conservadora se está haciendo notar ya en el seno de los Republicanos. En otro lugar hemos detallado ya -al hilo de las próximas elecciones europeas- la posible y más que viable alianza conservadora transatlántica. De momento, aquí se está ya multiplicando el fenómeno ciudadano de los "Tea Parties" -tradición norteamericana desde los años previos a la Independencia de este país- por la que los ciudadanos se movilizan y discuten asuntos y problemas reales-. Y es que cada vez es más notable el mucho humo y las pocas luces que desprende Obama, el mucho glamour de la pareja feliz en su peregrinaje europeo y las escasas soluciones concretas. Entretanto, Israel se prepara ya con toda la razón para defenderse ante la amenaza de Irán y ni la ONU ni Obama saben qué hacer con los misiles de Corea del Norte.

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