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La intercepción de una llamada con secretos sobre la guerra de Ucrania tensa las relaciones entre Rusia y Alemania

El Gobierno de Berlín lo considera "guerra híbrida". Moscú pide explicaciones a Berlín por hacer cálculos para derribar el puente de Crimea.

El Gobierno de Berlín lo considera "guerra híbrida". Moscú pide explicaciones a Berlín por hacer cálculos para derribar el puente de Crimea.
Reunión en Moscú en 2022 entre Olaf Scholz y Vladimir Putin. | Cordon Press

La tensión diplomática entre Rusia y Alemania ha aumentado exponencialmente en las últimas horas. Todo se debe a la intercepción y filtración de una llamada protagonizada, entre otros, por un alto mando militar alemán en la que se desvelaban algunos secretos sobre el envío de armamento a Ucrania. Una llamada en la que, además, se facilitaban datos sobre envíos a Ucrania de otros países como Francia o Reino Unido.

Todo gira en torno a una videoconferencia realizada a través de Webex, una aplicación gratuita sin ningún tipo de seguridad ni encriptación que realizó hace unos días el máximo responsable de la Luftwaffe, la fuerza aérea alemana, el teniente general Inge Gerhartz. El audio de la misma se filtró y acabó siendo publicada en su integridad –dura unos 38 minutos– por Russia Today, uno de los conglomerados de medios rusos controlados por el Kremlin.

En la misma, el alto mando alemán dice que se ha estudiado qué fuerza sería necesaria usar para derrumbar el puente de Kerch –une la ocupada península de Crimea con Rusia– y muestra su indignación por el hecho de que el Gobierno alemán esté vetando de momento la entrega de misiles de largo alcance Taurus al Ejército ucraniano. "Nadie sabe por qué el canciller federal está bloqueando el envío de los misiles", dice el responsable de la Luftwaffe.

También hace públicos supuestos movimientos del Reino Unido y Francia. Dice que París está introduciendo misiles de crucero SCALP en suelo ucraniano escondidos en vehículos de alta gama Audi Q7. O que Londres tiene un equipo de operaciones especiales en suelo ucraniano que se encarga de asegurar que entre el material militar donado por su país, entre ellos, los misiles de largo alcance enviados a Kiev.

Debido a esto, la tensión diplomática entre los dos países ha disparado. El canciller alemán, Olaf Scholz, ha calificado esta filtración como "muy grave" y ha anunciado la apertura de una investigación oficial. El ministro alemán de Defensa, Boris Pistorius, lo ha calificado como un "ataque híbrido" y lo ha considerado como un intento ruso de "desestabilizar Alemania". Se da por descontado que el general Inge Gerhartz será relevado de su puesto en próximos días.

El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, ha entrado en acción acusando a la OTAN de estar "directamente involucrada" en la guerra en Ucrania. Por su parte, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Maria Zakharova, exigió a Alemania que diera explicaciones "rápidamente". "Los intentos de evitar responder a las preguntas se considerarán una admisión de culpabilidad", dijo la cara visible del Ministerio de Exteriores ruso.

Mientras tanto, ambos Gobiernos han llamado a sus respectivos ministerios de Exteriores a los embajadores del otro país para protestar enérgicamente. En el caso del Gobierno alemán, por el espionaje a uno de sus altos mandos militares. En el caso ruso, por el reconocimiento de que los alemanes han estado estudiando el armamento que sería necesario para derribar el puente de Crimea y dárselo ya casi todo hecho al Gobierno de Ucrania.

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