El socialismo alemán, camino de la hecatombe: podría lograr el peor resultado de su historia

Desde que se anunció el adelanto electoral en Alemania, el canciller Olaf Scholz trató de convencer de que era posible una "remontada" que venciera los oscuros augurios electorales para el SPD tras desastres como el de las europeas. A falta de un puñado de días para las elecciones, las encuestas, sin embargo, siguen en contra del socialismo alemán: los sondeos auguran un tercer puesto para el SPD, con un 15,3 por ciento, a cinco puntos de Alternativa por Alemania mientras que la CDU, con un 30 por ciento, doblaría sus votos. Y según las tendencias mostradas por los últimos sondeos, cabe la posibilidad de que el resultado sea aún peor: el socialismo lleva días a la baja mientras Los Verdes, con un 13,7 por ciento, recortan posiciones. El actual tercer puesto podría convertirse en el cuarto, un resultado inimaginable hace unos años que está llevando a los analistas a augurar una "implosión" en el partido tras el 23F.

Si se cumplen los augurios, el socialismo alemán cosecharía su peor resultado histórico en unas elecciones federales en Alemania: se dejaría 10 puntos respecto a 2021 y estaría cinco puntos por debajo de su peor resultado hasta la fecha, el 20 por ciento de las elecciones de 2017, las últimas que ganó Angela Merkel. En el partido tiemblan ante la posibilidad de que se repitan los resultados "miserables" de las últimas europeas, en las que obtuvieron sólo un 13,9 por ciento de los votos y supusieron un rotundo castigo para la denominada coalición "semáforo".

Lo cierto es que Scholz se convirtió en candidato casi por descarte: tras la implosión de la coalición y la certeza de que se adelantarían las elecciones, comenzó un baile de nombres y el cuestionamiento de las posibilidades del canciller desde su propio partido, unas quinielas que se truncaron cuando el ministro de Defensa y nombre preferido para sucederle, Oskar Pistorius, se autodescartó. Ahora, Scholz trata de vender como posible una victoria sorpresa similar a la de 2021, cuando también las encuestas llegaron a poner al SPD en tercera posición y terminó adelantando a la CDU. Mientras, tiene que lidiar con el extraordinario desgaste para su partido, y su figura, que han supuesto estos tres años de gobierno, marcados por los choques entre los socios y el cuestionamiento de su liderazgo.

El socialista defiende como su principal aval su larga experiencia de gobierno: además de ser diputado durante trece años, estuvo al frente de la alcaldía de Hamburgo y formó parte del último gobierno de la gran coalición. Pero no está logrando deshacerse de su imagen gris en una campaña marcada por el estancamiento económico alemán y la crítica a las políticas climáticas, migratorias y económicas del tripartito.

En campaña, tanto Scholz como Merz han asegurado que no formarán parte de un mismo gobierno. "Es algo que ambos vemos improbable", dijo el candidato conservador en el último debate. "Yo lo veo igual", apuntó el socialista. Sin embargo, otra gran coalición es la opción que se baraja como más probable en el escenario tras el 23-F, en el que si aciertan las encuestas Alternativa por Alemania logrará unos resultados espectaculares pero quedarán fuera de cualquier alianza.

Para Scholz, la única opción para ser canciller se ve como prácticamente imposible: una coalición de izquierdas liderada por el SPD junto a Verdes, Die Linke y BSW, el nuevo partido de izquierdas de la ex dirigente de Die Linke Sara Wagenknecht, prorruso y con un discurso duro con la inmigración ilegal. Para que a Scholz le dieran las cuentas, tanto su partido como los verdes tendrían que obtener un resultado más abultado que el que pronostican las encuestas y por otro lado Die Linke y BSW tendrían que sacar un 5%, el mínimo para entrar en el Bundestag, algo que está en el aire.

Mientras, en caso de gran coalición se ve muy dudoso que Scholz aceptara ser el vicecanciller de Merz. Otra opción sobre la mesa es que Merz acabe apoyándose en Los Verdes pese a las voces en contra de la CSU que se están escuchando en campaña. La alianza más lógica, de CDU con liberales, también se ve prácticamente imposible con el FDP fuera del Bundestag, según el descalabro que auguran las encuestas. Por último, se especula con una compleja coalición de conservadores, socialistas y verdes.