
Aunque no estaba previsto que el papa Francisco hablase desde el centro médico, sino que simplemente iba a saludar y bendecir a sus seguidores presentes en el Hospital Gemelli de Roma, el Santo Padre ha querido saludar a los presentes con una voz débil y cansada justo antes de emprender el camino hacia la Casa de Santa Marta después de casi 40 días hospitalizado. Un tiempo en el que se ha temido por su vida tras ser ingresado el pasado 14 de febrero por una bronquitis y sufrir una infección en el tracto respiratorio.
"Gracias a todos, veo a esa señora con flores amarillas, brava", ha dicho el sumo pontífice desde el balcón del hospital demostrando que estaba orientado, ya que la mujer con flores amarillas a la que se ha referido ha sido una de las personas recurrentes que han rezado a las puertas del centro médico durante su ingreso, un hecho que le habían trasladado anteriormente. Así se ha despedido el papa Francisco de las alrededor de 3.000 personas —según fuentes vaticanas— que le han esperado a la salida del hospital, que se ha producido a las 12:02 horas.
El alta ya había sido anunciado por la Santa Sede, que ha informado de que el pontífice tendrá que estar, al menos, dos meses en reposo hasta volver a encontrarse como antes de las complicaciones médicas, que han llevado a los médicos a temer por su vida. Cabe recordar que Francisco tiene 88 años y es el Papa desde marzo de 2013, por lo que ya ha cumplido 12 años de pontificado.
Por su parte, los médicos ya advirtieron de que el Papa no había sido intubado y que, aunque ha peligrado su vida, ahora se encuentra en "condiciones clínicas estables", por lo que seguirá "con su terapia parcial" desde casa. "La vida del Santo Padre ha corrido peligro. Las terapias farmacológicas, el suministro de oxígeno de alto flujo y la respiración mecánica no asistida hicieron que registrase una lenta pero progresiva mejora haciendo salir al Santo Padre de los episodios más críticos", según los médicos.


