La instalación de la icónica chimenea en la Capilla Sixtina, junto a las reconocidas cortinas rojas del balcón que da a la Plaza de San Pedro, anticipa que el cónclave se celebrará en cuestión de días.
Desde hace más de una semana, operarios trabajan contrarreloj en los preparativos del cónclave, acondicionando estructuras y estancias clave para garantizar que todo esté listo. En el interior de la Capilla Sixtina, donde los cardenales emitirán sus votos, aún se ven andamios y cascos de obrero, aunque las previsiones apuntan a que todo estará preparado para que el miércoles los acontecimientos transcurran con total normalidad.
La expectación crece entre fieles y observadores mientras la Santa Sede se alista para un momento histórico.