La erupción del lunes se originó en el cráter sureste y, según el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología de Italia, la nube de ceniza se debió al colapso de material en la ladera norte del cráter.
Imágenes captadas con drones este martes muestran aún emisiones de gases volcánicos, aunque no se han registrado flujos de lava. No hubo heridos durante la erupción y, tras el episodio, el nivel de alerta volcánica fue rebajado al estándar "amarillo".
Las operaciones en el aeropuerto de Catania continuaron sin interrupciones. El Etna, uno de los volcanes más activos de Europa, es objeto de vigilancia constante por parte de científicos y autoridades locales debido a su frecuente actividad.