
El secuestro y presunto asesinato de Gastón Tallone, un empresario vinculado al puerto de Concepción del Uruguay (Argentina) y al tráfico de cocaína, ha sacado a la luz una red de crimen organizado, corrupción y violencia con conexiones en el narcotráfico sudamericano. Su desaparición, el 8 de julio de 2024, marcó el inicio de una serie de hechos que evidencian el poder de los carteles en Argentina y la falta de control estatal sobre estas estructuras criminales.
Tallone fue secuestrado a plena luz del día en el barrio de Balvanera. Desde entonces, su familia intentó negociar con sus captores y, en un intento por salvarlo, pagó un rescate de 65.000 dólares. Sin embargo, los secuestradores nunca liberaron al empresario y la posibilidad de que siguiera con vida se desvaneció con el paso de las semanas. El 13 de agosto, su hijo, Nicolás Tallone, recibió un mensaje de WhatsApp de un número desconocido:
"Hola Niki, ¿cómo estás, hijo? Estoy bien, pero con poco tiempo antes de que me caigan. Juntate con el enano para que le diga a memi que haga una denuncia contra el papafrita gil de mierda de José. Que diga que fueron a la casa de mamá a pedir que devuelva la que me llevé. No se regalen con Santi, que el gil de mierda de Julia sigue caminando. Borra el mensaje. Abrazo grande, hijo".
Un mensaje manipulado con inteligencia artificial
Aquellas palabras resultaron extrañas. No únicamente porque su padre jamás le llamara "Niki", sino porque la forma de expresarse no coincidía con la suya. Poco después llegaron tres audios en los que se escuchaba una voz similar a la de Tallone diciendo:
"Hola Niki, ¿cómo estás hijo?", "No puedo hablar ahora, estoy con los monos en Brasil, los amo" y "Cualquier cosa habla con Veneno".
La investigación de la División Acústica Forense de la Policía Federal confirmó lo que Nicolás sospechaba: la voz de su padre había sido manipulada con inteligencia artificial. Los expertos detectaron que los audios no tenían respiraciones naturales, pausas ni el efecto Lombard, el fenómeno por el cual una persona eleva la voz en ambientes ruidosos. No cabía duda de que los secuestradores intentaban hacer creer que Tallone seguía con vida cuando, para la Justicia, ya estaba muerto. La familia también lo da por fallecido.
Un secuestro vinculado al narcotráfico
El trasfondo del secuestro parece estar ligado a una deuda con narcotraficantes. La hipótesis más fuerte es que Tallone perdió o se apropió de un cargamento de droga de un cartel brasileño, lo que desató la furia de sus captores. Se habla de envíos de cocaína ocultos en cargamentos de azúcar con destino a África y de la participación de Los Monos de Rosario, la organización criminal que domina el narcotráfico en la provincia de Santa Fe. La advertencia de los secuestradores no dejó margen de duda. En un mensaje enviado a Nicolás Tallone el 12 de julio, dejaron en claro cuál era la razón del secuestro:
"Buenas noches, cumpa. La cosa es corta. El ladrón de tu papá está acá con nosotros y está bien. O devuelven la droga y los 500 mil dólares que se robó y todo se termina y él vuelve. Le robó a todos los narcos y ahora toca pagar. Si baten la cana, bajamos y vamos por todos ustedes y sus ayudantes. Con la mafia no se jode".
El abogado que hacía de intermediario
Uno de los principales sospechosos del secuestro es el abogado José Uriburu, cuyo nombre está ligado a Los Monos. Uriburu visitó en varias oportunidades a Ariel "Guille" Cantero, líder de la banda, en la cárcel de Marcos Paz y actuó como intermediario en un intento de pacto de paz en Rosario, tarea por la cual mantuvo reuniones con el entonces presidente Alberto Fernández, funcionarios del Ministerio de Seguridad y miembros de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar). Su relación con Tallone no era menos turbia: ambos estaban involucrados en negocios con la terminal del puerto correntino, pero todo terminó en amenazas cruzadas y denuncias ante la Justicia.
Junto a Uriburu, fueron detenidos Alejandro "Rengo" Ficcadenti y Sergio "Bebe" Di Vanni, dos barras de Newell's que también están presos desde septiembre pasado por su participación en los atentados contra la familia de Ángel Di María. El caso sumó otra figura polémica con la detención de Gustavo Julia, hijo del brigadier Antonio Julia, jefe del Estado Mayor Conjunto durante la presidencia de Carlos Menem.