La capital surcoreana acogió por segundo año consecutivo un desfile militar en el centro de la ciudad para conmemorar el día de las Fuerzas Armadas, algo que no se veía desde los ochenta y que subraya el mensaje endurecido que busca transmitir la Administración del conservador Yoon Suk-yeol en un momento marcado por las relaciones pésimas e inexistentes entre las dos Coreas o la guerra de Ucrania.

