
El Gobierno de Tailandia ha declarado este viernes la ley marcial en ocho distritos fronterizos con Camboya, tras la escalada del conflicto armado entre ambos países por el control del templo de Preah Vihear. La situación se ha agravado con el reconocimiento del uso de bombas de racimo por parte del Ejército tailandés, que justifica su empleo exclusivamente contra objetivos militares. La tensión ha dejado ya al menos 14 muertos, la mayoría civiles, y ha provocado el desplazamiento forzoso de más de 130.000 personas.
El anuncio lo ha hecho el primer ministro en funciones de Tailandia, Phumtham Wechayachai, quien ha alertado de que la situación podría derivar en una guerra abierta si no se detiene el cruce de ataques. "Estos bombardeos sobre hospitales y zonas residenciales constituyen una grave violación del derecho internacional y podrían ser considerados crímenes de guerra", ha señalado en un comunicado.
Ocho distritos bajo control militar
La declaración de ley marcial afecta a siete distritos de la provincia de Chanthaburi —Mueang Chanthaburi, Tha Mai, Makham, Laem Singh, Kaeng Hang Maew, Na Yai Am y Khao Khitchakut— y al distrito de Khao Saming, en la provincia de Trat. Las autoridades justifican la medida por el deterioro de la seguridad en la zona tras semanas de escaramuzas en la frontera.
Las operaciones tailandesas han incluido el uso de municiones de racimo, un tipo de armamento que dispersa múltiples explosivos secundarios en amplias áreas y cuyo uso está prohibido en numerosos tratados internacionales. Tailandia no es firmante de la Convención sobre Municiones de Racimo, y por tanto, no está legalmente obligada a su cumplimiento.
Bombas de racimo y denuncias cruzadas
El Ejército camboyano denunció este viernes que Tailandia había bombardeado al menos siete objetivos con este tipo de munición entre las 03:20 y las 08:00 de la mañana, incluidas zonas cercanas a los templos de Ta Moan y Takrabei. Además, acusó a Bangkok de atacar el propio templo de Preah Vihear, lo que fue desmentido por el Ministerio de Defensa tailandés.
En respuesta, el portavoz del Ejército de Tailandia, general Winthai Suvaree, confirmó el uso de municiones de racimo, pero aseguró que sólo se están empleando contra instalaciones militares. También negó que este armamento cause efectos duraderos en el terreno, una afirmación que contrasta con la posición de Naciones Unidas, que advierte de que este tipo de proyectiles puede permanecer inactivo durante años y detonar en contacto con civiles.
"Tailandia aplica el principio de proporcionalidad y emplea este armamento únicamente con fines defensivos", justificó el general, quien remarcó que su país "tiene la obligación de proteger su soberanía y a su población".
Malasia intenta mediar… sin éxito
En paralelo, ha fracasado el primer intento serio de mediación para lograr un alto el fuego inmediato, encabezado por el primer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim, también presidente en funciones de la ASEAN. Camboya aceptó el acuerdo, pero según su versión, fue Tailandia quien se negó a ratificarlo a última hora, frustrando la tregua prevista para comenzar a medianoche.
Tailandia ha respondido este viernes agradeciendo la propuesta, pero ha explicado que la situación sobre el terreno es incompatible con cualquier cese de hostilidades. "Las fuerzas camboyanas siguen atacando indiscriminadamente nuestro territorio. No hay condiciones de seguridad suficientes para un alto el fuego efectivo", ha indicado el Ministerio de Exteriores tailandés en una nota oficial.
El comunicado cierra con un mensaje claro: "Tailandia seguirá tomando todas las medidas necesarias para garantizar la protección de los civiles y la integridad de su territorio".



