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Una llamada telefónica demuestra el uso de armas químicas del régimen sirio

EEUU presentará las pruebas del ataque químico la pasada semana. La interceptación de una llamada telefónica ha sido clave.

La Administración de Barack Obama podría presentar pruebas de la implicación del régimen de Bashar al Assad en el ataque con armas químicas de la semana pasada cerca de Damasco este mismo jueves, según informa el Washington Post.

El diario, que cita fuentes oficiales norteamericanas, señala que la Inteligencia estadounidense habría conseguido establecer el modo en que las fuerzas gubernamentales sirias almacenaron, ensamblaron y lanzaron las armas químicas que presuntamente se emplearon para el ataque.

Así las cosas, la Administración prevé dar a conocer las pruebas, posiblemente este mismo jueves, que demuestran la responsabilidad de Damasco, después de que ayer el vicepresidente del país, Joe Biden, defendiera que "no hay duda" de que el régimen está detrás de lo ocurrido.

El informe al respecto está siendo elaborado por la Oficina del Director de Inteligencia Nacional y es considerado como uno de los últimos pasos antes de que Obama dé el visto bueno al ataque contra Siria, que según han adelantado varios medios, citando fuentes oficiales, será limitado tanto en el tiempo como en su alcance.

Llamada interceptada

Una de las pruebas que tendría el Gobierno estadounidense sería una llamada interceptada el mismo día del ataque, según apunta la Foreign Policy. En su blog The Cable, la publicación asegura que en las horas siguientes al presunto ataque el miércoles pasado un responsable del Ministerio sirio de Defensa llamó por teléfono "en pánico" a un responsable de una unidad de armamento químico, pidiendo explicaciones por el ataque con agente nervioso.

Aquella conversación, según la revista, fue interceptada por los servicios de Inteligencia estadounidenses, de ahí el que la Administración Obama afirme que está segura de que el bombardeo fue obra del régimen de Al Assad.

No obstante, Foreign Policy subraya que la llamada interceptada plantea dudas sobre si la masacre ocurrida el 21 de agosto fue obra de un oficial sirio que se saltó la cadena de mando o por contra fue resultado de la orden de altos cargos del régimen. "No está claro quién tenía el control", ha señalado un responsable de Inteligencia a The Cable.

50 objetivos interceptados

Por su parte, el New York Times, que también cita fuentes oficiales, apunta que ya hay una lista inicial de objetivos a atacar que incluye menos de 50 lugares, entre ellos bases aéreas donde están los helicópteros de fabricación rusa de que dispone el régimen. Asimismo, también incluye centros de mando y control, así como otros objetivos militares convencionales.

Contra cada uno de estos objetivos se dispararían dos o tres misiles, por lo que supone una campaña aérea mucho más limitada que las que efectuó Estados Unidos en Kosovo o Libia, según el diario.

De acuerdo con las fuentes, algunos de los objetivos serán sistemas de "doble uso", como artillería capaz de disparar armamento químico, lo que degradaría en cierta medida la fuerza convencional del régimen pero acabaría con el potencial total que tiene el Ejército sirio.

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