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La lucha por la libertad: una llamada a la acción por los 101 secuestrados israelíes

417 días después, hombres, mujeres y niños permanecen en cautiverio mientras la comunidad internacional parece haber olvidado su sufrimiento.

417 días después, hombres, mujeres y niños permanecen en cautiverio mientras la comunidad internacional parece haber olvidado su sufrimiento.
Iliana Gritzewsky, liberada de Hamás, enseña la foto de su novio, Mattan Zangauker, aun secuestrado. | Libertad Digital

Han pasado 417 días desde que el 7 de octubre de 2023, el grupo terrorista Hamás asesinara a 1200 personas y secuestrara a más de 250 ciudadanos israelíes, una acción que conmocionó al mundo y representa una de las violaciones más graves de los derechos humanos en la historia reciente. La mayor matanza de judíos desde el Holocausto. Hombres, mujeres y niños permanecen en cautiverio, ocultos en las sombras, mientras la comunidad internacional, salvo contadas excepciones, parece haber olvidado su sufrimiento.

Hace apenas cuatro días, Barcelona tuvo la oportunidad de escuchar el testimonio desgarrador de la mexicano-isralei Iliana Gritzewsky, una de las personas que logró sobrevivir a este horror. Liberada después de 55 días de cautiverio, su relato no solo expone la brutalidad de su secuestro, sino que también ilumina las condiciones inhumanas que enfrentan quienes permanecen bajo el yugo de Hamás.

Un relato de horror

Iliana, una joven israelí de apariencia frágil pero de voluntad férrea, compartió su experiencia ante una audiencia abarrotada en la Sinagoga de Barcelona, organizada por la Comunidad Israelita de Barcelona. Su voz temblaba, pero sus palabras eran claras y directas, cada una de ellas cargada de una verdad insoportable.

"Me secuestraron con una violencia difícil de describir", dijo, mientras la sala contenía el aliento. Describió cómo fue golpeada y asfixiada durante su traslado en una motocicleta, perdiendo el conocimiento para despertar semidesnuda en una casa rodeada de 13 hombres armados. Ese fue solo el comienzo de su odisea.

Desde allí, fue trasladada a los túneles de Hamás, un complejo laberinto descrito por muchos como "mazmorras modernas", donde las condiciones eran inhumanas. La falta de luz, el aire viciado, bichos, cucarachas y el constante miedo definían sus días. Se dormía y despertaba entre lágrimas. Sin embargo, lo más doloroso para ella no fue su sufrimiento personal, sino la separación de su novio, Mattan Zangauker quien sigue también secuestrado, que permaneció en el mismo túnel cuando ella fue liberada aunque jamás pudiera verlo. "No quería irme", confesó entre lágrimas, "porque sabía que él seguía ahí".

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La mexicano-isralei Iliana Gritzewsky.

Una violación global de los derechos humanos

El testimonio de Iliana no es solo una historia personal; es una denuncia contra la indiferencia global. Las acciones del grupo terrorista Hamás constituyen una flagrante violación del derecho internacional, incluyendo la Convención de Ginebra, que prohíbe el secuestro, el trato cruel y la tortura de civiles. A pesar de esto, las organizaciones internacionales han mostrado una respuesta tibia, en muchos casos, insuficiente.

Iliana hizo un llamado directo durante su charla: "Necesitamos que el mundo despierte. Necesitamos que las organizaciones internacionales tomen acciones concretas para garantizar la liberación de los secuestrados. Esto no es solo un problema de Israel; es un problema de humanidad".

La respuesta internacional

En general la comunidad internacional no ha condenado con la severidad necesaria las acciones de Hamás y otros grupos terroristas involucrados. En otros casos se ha intentado justificar la violanción de los derechos humanos. De cualquier de las formas, las palabras no se han traducido en medidas efectivas. Hasta ahora, los esfuerzos diplomáticos han sido fragmentados y, en muchos casos, insuficientes. Países que tienen influencia en la región han optado por no ejercer presión significativa, mientras que algunas organizaciones han priorizado agendas políticas sobre las necesidades humanitarias urgentes de los secuestrados.

La visita de Iliana a Barcelona debe servir como un llamado de atención. Si bien su presencia fue recibida con apoyo y empatía, el impacto real debe medirse en acciones: en manifestaciones, en presión política, en movilizaciones de recursos para apoyar a las familias de los secuestrados y en exigir la intervención activa de organismos como las Naciones Unidas y la Cruz Roja, nunca un silencio fue más ensordecedor.

La esperanza en la solidaridad

La historia de Iliana es, ante todo, un recordatorio de la fuerza del espíritu humano. A pesar de la brutalidad de su experiencia, ella ha elegido ser una voz para quienes no pueden hablar. En sus palabras, resonó un mensaje de esperanza: "Mi liberación fue un milagro, pero ahora debemos trabajar por los milagros de los otros 101 que siguen en cautiverio".

Barcelona, España y el mundo, tienen ahora una oportunidad única de demostrar que no estamos dispuestos a aceptar la injusticia como un hecho consumado. La indiferencia no puede ser la respuesta cuando vidas humanas están en juego.

¿Qué podemos hacer?

Más que nunca hemos de compartir el testimonio de Iliana y la situación de los secuestrados en redes sociales, foros y comunidades ayuda a mantener el tema en la conciencia pública. Contactar a los dirigentes políticos para que noten la nuestra preocupación y la urgencia.

Las familias de los secuestrados necesitan apoyo emocional, financiero y logístico. Existen organizaciones que canalizan estas ayudas, y cualquier contribución, por pequeña que sea, marca una diferencia. Exigir a los gobiernos y a las organizaciones internacionales que actúen de manera efectiva para garantizar la liberación de los secuestrados.

El caso de los 101 secuestrados israelíes en Gaza es una crisis humanitaria que exige la atención y acción de todos. La voz de Iliana es un recordatorio de que cada día cuenta, y cada día de inacción es un día más de sufrimiento para quienes permanecen en cautiverio.

No permitamos que el silencio sea cómplice de la injusticia. Que el testimonio de Iliana inspire acciones concretas, y que juntos podamos trabajar para devolver la libertad y la dignidad a quienes se les ha arrebatado.

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