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Hamás monta un macabro show con la entrega de los cadáveres de la familia Bibas y el anciano Oded Lifshitz

Ni siquiera en un caso tan trágico Hamás renuncia a utilizar los ataúdes para hacer propaganda contra Israel.

EFE

No por esperada la escena deja de ser menos desgarradora y terrible. Ni por mucho que la progresía mundial maquille a los crueles asesinos de Hamás podrán disimular la infamia que supone asesinar a dos bebés de 8 meses y 4 años, a su madre de 32 y a un anciano de 83.

Las agencias escupen frases como "milicianos del grupo islamista Hamás, acompañados de combatientes de la Yihad Islámica y de las Brigadas Muyahidines", eufemismos para no decir "asesinos del grupo terrorista Hamás" ponen fin a la incertidumbre de una familia inocente secuestrada el 7 de octubre de 2023 y de la que ahora devuelven tres cadáveres en tres negros ataúdes, más el de un anciano de 83 años, en una nueva y macabra ceremonia propagandística retransmitida en directo por la cadena Al Jazeera.

Hamás anuncia que devolverá los cadáveres de los niños de la familia Bibas, secuestrados con 9 meses y 4 años

Porque ni en este caso tan trágico estas inhumanas alimañas son capaces de mostrar un poco de compasión por la tragedia de la familia Bibas, cuyo padre fue liberado hace dos semanas después de casi 500 días secuestrado y que hasta el último segundo albergó la esperanza de que su mujer y sus dos hijos fuesen recuperados con vida, pese a que todos los indicios indicaban lo contrario.

La entrega de los cuatro ataúdes ha tenido lugar en Jan Yunis (sur de Gaza) a la Cruz Roja, organización que igual que la UNRWA se ha prestado solícita al teatro propagandístico de Hamás.

Los ataúdes, de color negro, llevaban los nombres de Shiri Silberman, de 32 años, y de sus hijos, Ariel (4 años) y Kfir (9 meses), y el de Oded Lifshitz (83 años), bajo una pancarta con el mensaje: "El criminal de guerra Netanyahu y su armada nazi les mataron con misiles desde aviones sionistas" mensaje que hace alusión a lo anunciado a finales de 2023 por los terroristas, cuando señalaron que los dos niños y su madre habían muerto, aunque Israel nunca dio total credibilidad a esta información.

Detrás de la pancarta, la imagen del primer ministro israelí con dientes de Drácula y chorreando sangre sobre una foto de los miembros de la familia Bibas y de Oded Lifshitz. Una imagen macabra en una utilización del dolor de unas familias inocentes para su miserable propaganda difícil de igualar.

El de la familia Bibas ha sido uno de los que más han impactado en la opinión pública mundial, por la inhumanidad de la banda terrorista, que no ha tenido piedad ni de ancianos ni de niños, siendo Kfir el más joven de los secuestrados por Hamás. Además, las imágenes de Shiri, la madre, completamente aterrorizada y abrazando fuertemente a sus dos hijos intentando protegerlos de los bestias de Hamás provocaron escalofríos a la opinión pública mundial.

🚨 A Massacre We Will Never Forget 🚨
This video of the Bibas family being brutally kidnapped is etched in our memories forever.
We will never forget. We will never forgive.
🕯️ Their suffering must not be erased. The world must remember.#NeverForget #BibasFamilypic.twitter.com/nuANXz3l5U
— The Jewish Voice (@TJVNEWS) February 18, 2025

​Hoy se cierra esta trágica historia con la entrega de cuatro negros ataúdes en una muestra más de la inhumanidad de unos terroristas que no tienen límites en su crueldad y su barbarie.

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