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Melancolía española

Si todo fuera como yo doy a entender, estaríamos ante una prueba sencilla, casi natural, de política democrática, independientemente de quien gobierne, para resolver el principal problema de España, a saber su desnacionalización.

rawolf dijo el día 2 de Agosto de 2011 a las 21:38:

Me uno a la felicitación de jorgegvr por tener en cuenta a los que le leemos y comentamos sus artículos, aunque en mi caso, no estoy de acuerdo en su defensa de la democracia y del Estado (supongo que, también, del bienestar)-nación.

Lo que usted plantea como solución es el problema.

Habla de buscar consensos en beneficio de los españoles para, inmediatamente, decir que ese consenso vaya a favor de un Estado-nación moderno. Usted, como filósofo que creo que es, debería primero demostrarnos lógicamente por qué favorecer a una agencia que ostenta el monopolio de la jurisdicción, los tributos y la violencia va en beneficio de los españoles.

El problema que tenemos los españoles no es de carencia de Estado, sino de exceso de él. Don Agapito que nos cuesta el 50% del valor de nuestro trabajo para tener, como no puede ser de otra manera, una mierda de servicios (con perdón).

Esto hay que cerrarlo, ordenadamente, pero cerrarlo. Hay que trocearlo, para reducir el ámbito de decisión política y con él su daño, para, poco a poco, hacerlo desaparecer por completo e ir a un sistema que ya está inventado y que funciona en la teoría y en la práctica; respeto total a la propiedad privada, con ella a la libertad del otro y basar nuestras relaciones en el respeto a contratos libremente realizados entre las partes, incluso para la defensa, el orden y la resolución de conflictos.

En resumen:

El adherirle el concepto sentimental de Nación al concepto de Estado es pretender que los sometidos a su monopolio de la violencia lo sean, añadiendo el insulto a la injuria, voluntariamente.

La democracia, que no es más que capacidad de decidir por mayoría incluso sobre la propiedad legítima de terceros, favorece la llegada al poder de los peores y crea un clima social, potenciado por el estado del bienestar, de preferencia temporal elevada que infantiliza a la población y destruye la civilización.

Por tanto, promover el Estado del bienestar y la democracia va en contra de la civilización. Proteger la propiedad, la libertad y los contratos, favorece la civilización.

En el mundo occidental a lo que estamos asistiendo es al colapso de la civilización por la expansión del socialismo democrático, motor permanente de conflictos pues hace que todo sea un problema a discutir públicamente o, como diría usted, políticamente, asfixiando el ámbito privado.

jorgegvr dijo el día 2 de Agosto de 2011 a las 20:16:

En primer lugar, aunque no creo ser ese lector, quiero agradecerle a Don Agapito esta demostración que ha hecho de interesarse por los comentarios de sus lectores. De esta manera consigue aún mayor interés por sus artículos, por lo menos por mi parte, y creo que por parte de muchos más comentaristas. Muchas gracias.

De todas formas, creo recordar que siempre que Zapatero se ha acercado a Rajoy ha sido para engañarlo. En parte de eso se trata también una parte de la política, ¿me equivoco?.
Aprovechando ese ejercicio de memoria, no encuentro ningún recuerdo del sentido de estado, ni por parte del presidente ni del líder de la oposición. Pero como humano que soy puedo equivocarme, o haber pasado por alto muchos episodios, no lo sé.

Saludos de otro lector.

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