
El llamado canon digital sufrirá una considerable subida, especialmente en el caso de los teléfonos móviles, tal y como se vislumbra en el Real Decreto que está elaborando el Gobierno de España en colaboración con las asociaciones de derechos de autor y fabricantes de tecnología. Así las cosas, y tal y como señala VozPópuli, el precio variará en función del tipo del dispositivo, pero en el caso de los móviles el coste se triplicará. Hasta ahora, por cada teléfono se abonaba una tasa de 1,10 euros, pero con la nueva normativa ese precio ascenderá a 3,75 euros.
Pero, la subida no solo afectará a estos smartphones, sino también a tablets y ordenadores, aunque en menor medida. Las tablets podrían pasar de los 3,15 euros a los 3,75 y los ordenadores de los 5,33 a los 5,45. Unas subidas más suaves que la anterior y que quedarán a la espera de que el Gobierno pueda hacer modificaciones finales tras haber hablado con los dos principales actores afectados por esta modificación, como son las asociaciones de derechos de autor y los fabricantes de tecnología.
¿Por qué se paga este canon?
El famoso canon es una tasa que deben pagar los fabricantes, aunque el coste se traslada al precio final del artículo, al vender un soporte electrónico con el fin de producir y almacenar contenidos por las posibles copias que se puedan efectuar. El nacimiento de este impuesto se encuentra en las posibles pérdidas que pueden sufrir los creadores de contenido digital, ya que su trabajo puede ser fruto de copias privadas que les hagan no obtener beneficios por esa reproducción.
En España, ya que el impuesto existe en el resto de países europeos, la recaudación está pensada para ir destinada a los autores de las obras que comercialicen su trabajo mediante el soporte electrónico. Aunque existen exenciones, como en el caso de las empresas finales y de las Administraciones Públicas, que no tienen que pagarlo.
Este canon, muy discutido por su falta de eficacia y creado para combatir la piratería, ha estado a debate durante mucho tiempo. De hecho, ADEPI pidió una subida del canon de hasta 5,50 euros por cada unidad de teléfono móvil, una petición que ha tenido que ir reduciéndose por la oposición de los fabricantes.

