
El Gobierno quiere acabar con la "pobreza de transporte". El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible ha constituido un Grupo de Trabajo para elaborar una "estrategia" para poner fin a un fenómeno que definen como "la incapacidad o dificultad de los hogares para hacer frente a los costes del transporte público o privado, o su falta de acceso o acceso limitado al transporte necesario para llegar a los destinos, actividades clave y servicios esenciales, como trabajo, educación, sanidad, ocio, etc".
Este grupo de trabajo está presidido por el secretario general de Movilidad Sostenible, Álvaro Fernández Heredia, y cuenta con representantes de la Presidencia del Gobierno y de la friolera de once ministerios, "que han mostrado su apoyo y colaboración para prevenir la pobreza de transporte" explica el Ejecutivo.
Contra los conductores de un diésel
No deja de ser llamativo que ayer lunes, el Gobierno de Pedro Sánchez diera a conocer este dudoso plan cuando la realidad es que se encuentra en plena ofensiva para subir los impuestos a los conductores de un vehículo diésel. Es decir, cuando está haciendo justo lo contrario que reducir la "pobreza de transporte".
Y es que, el Ejecutivo está sondeando aprobar una subida de este combustible vía decreto ley antes de que acabe el año. Recientemente, el PSOE ya fracasó cuando intentó aplicar este golpe a los conductores en mitad de la tragedia de la Dana porque la Comisión de Hacienda del Congreso rechazó su propuesta (una idea que el partido de Pedro Sánchez lleva años intentando aplicar).
La intención de los socialistas consiste en elevar la tributación en casi 10 céntimos por litro. Así, el tipo general del diésel pasaría de 0,307 euros por litro a 0,40069 euros, y se equipararía al de la gasolina.
Con esta decisión, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, vuelve a incumplir su promesa de que "no subiremos los impuestos a la clase media". De hecho, si analizamos con más profundidad la radiografía del parque automovilístico español, vemos que la mayor parte de usuarios de combustible diésel en España son propietarios de un vehículo antiguo, lo que no es una característica de ciudadanos "ricos". En concreto, más de 9 millones de conductores en nuestro país tiene un coche diésel de más de 10 años, es decir, alrededor del 70% del total.
Además, un reciente estudio de Funcas confirma que hay un mayor porcentaje de hogares con rentas más bajas que consumen diésel frente a los de rentas altas. Este estudio tambien concluye que las subidas de impuestos a este combustible detrae más renta a los hogares más desfavorecidos que a los más ricos, y lo mismo ocurre con la renta de los hogares rurales frente a los urbanos. Por tanto, la incoherencia del Gobierno vuelve a ponerse de manifiesto.




