
El pasado 7 de enero, JP Morgan Chase anunció que abandonará la Alianza Bancaria por las Cero Emisiones, un proyecto impulsado por Naciones Unidas que echó a andar en 2021 y que, inicialmente, contó con la participación entusiasta de las principales entidades financieras de Estados Unidos, que se comprometieron a alinear sus negocios con el objetivo de alcanzar la neutralidad en materia de emisiones en el año 2050.
La decisión de JP Morgan Chase llega después de comunicaciones anteriores por parte de otros gigantes de Wall Street que ya habían dado el paso de dejar atrás el acuerdo, conocido como NZBA por las siglas en inglés de Net-Zero Banking Alliance. La lista de abandonos incluye a firmas como Goldman Sachs, Morgan Stanley, Citi, Bank of America o Wells Fargo.
Las dudas de las grandes empresas financieras con respecto a este tipo de pactos empezaron a resultar evidentes en marzo de 2024, cuando el fondo más grande mundo, Blackrock, anunció que se desligaba del proyecto de certificación de inversiones Climate100+, cuyas estridentes exigencias en materia de reducción de emisiones acabaron propiciando el distanciamiento de distintos gigantes de la industria financiera. Aquella decisión también contó con el respaldo de JP Morgan Chase, State Street o PIMCO.
Ahora, el proyecto NZBA sufre un durísimo golpe con el repliegue de algunas de las entidades financieras más emblemáticas de Wall Street. Sin JP Morgan Chase, Goldman Sachs, Morgan Stanley, City, Bank of America o Wells Fargo, el proyecto pierde su legitimidad en la industria financiera y algunos expertos consideran que el proyecto está herido de muerte, a raíz de las salidas producidas en las últimas semanas.
Un editorial del Wall Street Journal señala al respecto de lo ocurrido que "la cruda realidad de la energía está "mordiendo" a quienes pretendían ignorarla". La iniciativa NZBA fue impulsada por la ONU y empezó a funcionar después de una serie de cónclaves preparatorios que tuvieron lugar en la ciudad escocesa de Glasgow. Desde las filas de la derecha política, mediática e ideológica, la iniciativa fue duramente criticada por ignorar los duros costes económicos asociados a la aplicación y financiación de una agenda cero emisiones.
A nadie escape que la victoria arrolladora de Donald Trump en las pasadas elecciones presidenciales ha tenido un efecto inmediato en el repliegue de muchas de las políticas que venían aplicando las multinacionales estadounidenses. Además de lo que empieza a observarse en relación con las llamadas "finanzas sostenibles", también se han producido movimientos importantes en lo tocante a la libertad de expresión, sobre todo después de que Mark Zuckerberg alinease a Meta, responsable de Facebook e Instagram, con una agenda similar a la que ha venido defendiendo desde hace ya algunos años el actual propietario de X (antes Twitter) y colaborador de Donald Trump, Elon Musk.

