El periódico holandés De Telegraaf destapó hace unos días el escándalo de los fondos públicos que la Comisión pagó a organizaciones ecologistas radicales para influir en la opinión pública a favor del Pacto Verde y de las políticas medioambientalistas del excomisario Frans Timmermans, con medidas que han supuesto un castigo desproporcionado para el sector agrario, al que, además, se ha culpabilizado en gran medida de la contaminación, según denuncian las organizaciones agrarias.
Los eurodiputados que investigan estos pagos consideran que "la Comisión Europea debería actuar de forma neutral y centrarse en elaborar una legislación justa", en lugar de "utilizar el dinero de los contribuyentes para influir por la puerta trasera". Sin embargo, la vicepresidenta ejecutiva para una Transición Limpia, Justa y Competitiva de la Comisión Europea, Teresa Ribera, considera que "restringir" la financiación de la UE para el lobby de las ONG ambientalistas "es una perversión".
En una entrevista concedida a Euroactiv, Ribera se posiciona a favor de seguir destinando fondos públicos para financiar la actividad propagandística y política de las asociaciones ecologistas radicales: "No se trata de ejercer presión. Se trata de sensibilizar a la opinión pública e intentar identificar dónde pueden estar las dificultades y los retos. Y creo que necesitamos ese espíritu crítico".
Para la exministra de Transición Ecológica, ese "espíritu crítico" es una forma "muy democrática y saludable de identificar los problemas", aunque no ha comentado cómo de democrático resulta eso de entregar dinero público sólo a las organizaciones políticamente afines.
Tras develarse el escándalo, varios eurodiputados vinculados a la derecha y a la extrema derecha han solicitado la anulación del Pacto Verde por considerar que se votó bajo condiciones poco neutrales y bajo la influencia de grupos interesados dopados con fondos de los contribuyentes.
Por su parte, Ribera considera que eso sería "un gran error que va en contra de los europeos" y añade que "una de las cosas más tristes que estamos presenciando y viviendo ahora mismo es que hay algunas familias políticas —por ejemplo, Patriotas por Europa (PfE)— que están utilizando los miedos de la gente para ir en contra de la gente".
También insiste en que "negar las consecuencias del cambio climático es bastante arriesgado" y "decir que no necesitamos hacer nada porque las cosas se solucionarán mágicamente no sólo es ingenuo, sino que además es costoso económica y socialmente y causa mucho sufrimiento", ha zanjado.