Los agricultores están que trinan con la nueva Política Agraria Común (PAC) propuesta por la Comisión Europea. De entrada, España dispondrá de 79.900 millones para distribuir entre fondos regionales y ayudas agrícolas en el periodo entre 2028 y 2034, lo que supone casi un 20% menos de lo que tiene asignado en el periodo de siete años actual.
Pero, más allá del tijeretazo asestado al presupuesto, lo que preocupa al campo es que, según la propuesta presentada por Ursula von der Leyen, a partir de 2027, los Estados miembros tendrán que presentar un Plan Estratégico Nacional para asignar recursos. Es decir, la PAC pierde su propia autonomía y dependerá de las decisiones y prioridades de los diferentes Estados miembros.
Teniendo en cuenta estas nuevas reglas de juego, varias asociaciones agrarias en España temen que parte del dinero asignado a los agricultores se acabe reorientando hacia políticas medioambientales o que la PAC se diluya en un "megafondo" que englobe otras áreas como empleo, migración, defensa…
Y en lo que respecta a España, la asociación agraria Unión de Uniones cree que, con este nuevo sistema, las prioridades agrarias quedarán relegadas frente a otras políticas: "En España tenemos la experiencia de que el presupuesto de agricultura no llega al 2% de los Presupuestos Generales del Estado y en el PERTE nos ha pasado igual", señalan desde Unión de Uniones.
También preocupa en la organización que la flexibilidad financiera prevista pueda ser una puerta trasera para trasvasar recursos del campo a otras políticas, debilitando aún más la estabilidad de los apoyos al medio rural.
"Divide y vencerás"
Unión de Uniones alerta además del riesgo de distorsión competitiva entre agricultores europeos. Si un Estado prioriza más la agricultura que otro en su Plan Estratégico, sus productores podrían recibir significativamente más apoyo, rompiendo el principio de equidad. "Con esta propuesta la PAC pierde la "C" de Común" critican.
Tampoco hay que pasar por alto que, si a partir de 2028 el dinero depende de cada Estado, se desmantela el lobby del campo europeo porque las asociaciones pelearán por el presupuesto frente a sus propios gobiernos nacionales, aliviando así más de un dolor de cabeza de la Comisión Europea. Es un ‘divide y vencerás’ de manual.
En definitiva, tal y como explica la asociación agraria UPA, "una PAC recortada y renacionalizada destruye la estrategia comunitaria" y en la práctica supondría una "ruptura en la igualdad de trato entre productores que pertenecemos a un espacio común y sin fronteras".
El sector agrario considera que el Ejecutivo de Ursula von der Leyen ha hecho oídos sordos al mensaje lanzado por las movilizaciones masivas del sector el pasado año. "Mucho diálogo estratégico y mucha consulta pública y mucha gobernanza, pero a la petición de mayor protagonismo para el papel estratégico de la PAC, la agricultura europea y la autonomía alimentaria, la Comisión ha respondido con recortes de ayudas y ninguneo político… parece que lo que quiere son más tractores en las calles", señala Unión de Uniones.