
Una vez más, nos encontramos en el IITR de un año con unos datos de la EPA que son, a priori, positivos, tal y como los datos parecen indicar. Que aumente el empleo y se reduzca el paro siempre es una buena noticia. Ahora bien, una vez más, tras los datos aparentemente positivos, nos encontramos con un espejismo. Así, la ocupación sube, pero debido, en una gran medida, a la estacionalidad. De esa manera, en términos porcentuales es el peor crecimiento del número de ocupados de manera desestacionalizada de los últimos tres trimestres.
Los ocupados aumentan en 503.300 personas en el trimestre, pero si se desestacionaliza ese crecimiento sólo es de un 0,68%. De hecho, el incremento del empleo en términos interanuales, con 584.000 nuevos ocupados, es el segundo peor de los últimos cinco años.
El empleo privado aumenta en 480.500 personas, fruto de la estacionalidad, mientras que el empleo público, pese a venir de niveles muy elevados, sigue aumentando y lo hace en 22.900 personas, llegando a casi 3,6 millones de empleados públicos, que con los planes del Gobierno de eliminar las tasas de reposición seguirá incrementándose, alterando de manera artificial la evolución del mercado laboral e introduciendo más presión sobre el gasto público.
El empleo masculino sube en 265.800 personas y el femenino en 237.500 personas. Sube en todos los sectores: en servicios lo hace en 364.800 personas, ligado a actividades turísticas directas e indirectas; industria (90.300); construcción (45.400); y agricultura (2.800). El paro baja en 236.100 personas en términos intertrimestrales. Además, al desestacionalizar es la segunda peor de los últimos cuatro trimestres.
Es la sexta peor evolución trimestral del paro en el IITR de los últimos once años. En términos interanuales, es el quinto peor de los últimos once años, la bajar sólo en 202.200 parados. Baja el paro en 107.700 hombres y en 129.100 mujeres en términos trimestrales. La tasa de paro baja 1,07 puntos, hasta el 10,29% de la población activa. Sube el paro en industria, con 3.800 parados más, y baja en el resto de los sectores: en servicios lo hace en 178.500 personas; construcción (15.500); y agricultura (7.500).
La población activa crece en 267.200 personas en el trimestre, pero pierde intensidad en el dato interanual, donde crece en 381.800 personas, que es un 6,6% menos que en el mismo período de hace dos años, al que siguió una ralentización todavía más acusada que en este trimestre, al ser entonces de casi un 20% de desaceleración.
Así, la tasa de actividad sube 4,6 décimas y se queda en el 59,03% de la población en edad de trabajar. La creación de empleo interanual la lidera Madrid, con 149.500 ocupados más. Madrid también lidera el descenso del paro trimestral, con 51.800 parados menos, con un fortísimo liderazgo interanual de Madrid en el incremento de activos, con 131.900 activos más en términos anuales.
Por tanto, siempre es una buena noticia que suba el empleo y baje el paro, pero no deja de ser un espejismo, cosa que se ve al desestacionalizar y al comparar con el comportamiento de años anteriores en el mismo período. Son registros que desaceleran en términos interanuales en materia de empleo y paro respecto a otros ejercicios. Por otra parte, son las CCAA gobernadas por el PP las que impulsan la creación de empleo y el descenso del paro de manera muy relevante. Así, si el comportamiento del mercado de trabajo no es peor se debe a la mejor evolución de comunidades gobernadas por el PP. Urge realizar reformas que agilicen el mercado de trabajo y permitan una verdadera creación de empleo, más allá de los datos estacionales.
