El acuerdo entre la Comisión Europea y Estados Unidos para establecer aranceles del 15% a los productos europeos ha caído como un jarro de agua fría en buena parte del sector agroalimentario español. Se trata de una mala noticia que el sector recibe con resignación, pero también con el convencimiento de que poco puede hacer Ursula von der Leyen frente a Donald Trump. Y mientras sectores como el del aceite intentan mantener la calma a la espera de ver cómo se concretan las represalias comerciales, otros como el del vino ya se preparan para lo peor.
La Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) ha calificado el acuerdo como "injusto y desequilibrado" porque "perjudica" los intereses españoles: "Es mejor un acuerdo que una guerra comercial abierta, pero no nos resignamos a que las exportaciones de nuestros productos a Estados Unidos estén penalizadas con un arancel del 15%. Es una imposición de Estados Unidos que rompe con el equilibrio del libre comercio", ha asegurado en un comunicado el presidente de FIAB, Ignacio Silva.
Por su parte, las asociaciones agrarias se sienten traicionadas por Bruselas, especialmente después de anunciarse un recorte del 20% en los fondos de la PAC. La organización agraria Unión de Uniones considera que la UE ha cedido ante la presión estadounidense sin proteger adecuadamente a sus productores y denuncia que Bruselas vuelve a fallar en la defensa del sector primario.
"El campo europeo ha tenido que elegir entre susto o muerte, y ha sido susto. Pero esto ha servido para saber quién manda en el concierto internacional... y por si quedaba alguna duda, no es la UE", ha afirmado la organización, que también tacha el pacto de "desequilibrado y perjudicial".
El aceite pide prudencia
En lo que respecta al aceite de oliva, las organizaciones agrarias se muestran prudentes y piden tranquilidad a los suyos. Para el portavoz de Asaja Jaén, Luis Carlos Valero, la imposición de este 15% es "totalmente negativo", si bien es cierto que "hay que esperar a ver realmente cómo se aplican esos aranceles". Valero ha recordado que España ya tuvo aranceles al aceite de oliva con el anterior gobierno de Trump, pero solo afectó al aceite envasado.
Tal y como ha apuntado Valero a Europa Press, si los aranceles son al aceite de oliva envasado, la incidencia será "mínima", porque "ya la inmensa mayoría de los exportadores que van a Estados Unidos tienen situadas allí las envasadoras y se lleva a granel, por lo tanto, estaríamos exentos de ese arancel".
Desde UPA creen que los aranceles no van a afectar mucho el mercado de aceite de oliva en EEUU, aunque "hay otros productos que sí pueden ser más perjudicados, como puede ser la aceituna de mesa, concretamente la aceituna negra", señala el secretario general de la asociación en Andalucía, Jesús Cózar.
Sin embargo, la Asociación Española de la Industria y el Comercio Exportador del Aceite de Oliva (Asoliva) no está de acuerdo. Asegurar que esta medida supone una "distorsión" del mercado internacional en detrimento de los mercados europeos, especialmente del español.
La asociación precisa que es "probable" que el incremento de precios que tendrán que soportar los consumidores estadounidenses puede hacer que se decanten por otros aceites de oliva como los provenientes de Marruecos o Turquía que, en principio, tienen un 10% de gravamen.
"Grave impacto" en el vino
El Comité Europeo de Empresas del Vino (CEEV), del que forma parte la Federación Española del Vino (FEV), considera que el acuerdo supondrá un "grave impacto" en las ventas exteriores a EEUU y ha pedido este lunes que se aplique el "cero por cero" arancelario.
El director general de la FEV, José Luis Benítez, ha recordado que en 2024 Estados Unidos fue el primer mercado para los vinos envasados españoles y estima que los aranceles del 15% lastrarán el comercio hasta un 10%, según los primeros cálculos. A esta cifra, señala, habría que sumarle la variación en el tipo de cambio entre el dólar y el euro, que actualmente es del 15% también.
De esta forma, Benítez ha advertido de que mantener el arancel del 15% generaría "daños a largo plazo" en la cuota de mercado, en el margen de las empresas que sigan comerciando con EEUU y en las relaciones comerciales en general. Y no sólo perjudicaría a los vinos europeos, han recordado desde CEEV, sino también a las empresas estadounidenses involucradas en toda la cadena de suministro.
De esta forma, por cada dólar que los europeos ganan vendiendo vino en Estados Unidos, los sectores estadounidenses de distribución y hostelería generan 4,50 dólares, por lo que preservar este comercio es una "prioridad compartida del sector" a ambos lados del Atlántico.