
Cataluña sigue estando en el punto de mira. No sólo porque su presidente, Salvador Illa es noticia por su próxima reunión con Zapatero y Sánchez en La Mareta, sino por su reciente viaje a China, por el primer aniversario de su investidura y por cargar contra la Comunidad de Madrid a quien acusa de insolidaria y de practicar "dumping fiscal".
Una acusación, la de dumping fiscal, que no se corresponde con la política fiscal de Madrid -que goza de la misma autonomía fiscal que todas las comunidades autónomas menos Navarra y País Vasco- y que tampoco se compadece con la realidad en lo que a solidaridad se refiere, ya que Madrid es aportante neta a la caja común con 7 de cada 10 euros del fondo de garantía de los servicios públicos fundamentales y un 26% de los ingresos tributarios autonómicos totales, siendo la comunidad autónoma que más contribuye al sistema de solidaridad autonómica.
Además, Madrid logra estas cifras siendo la comunidad autónoma que menos cobra a sus ciudadanos, con los tramos de IRPF más bajos de toda España y siendo la única comunidad autónoma que ha eliminado todos los impuestos autonómicos.
El argumento empleado desde hace tiempo por el Gobierno de Sánchez y por la Generalidad catalana para atacar a Madrid por Dumping Fiscal, sugiere que la Comunidad de Madrid estaría cobrando menos impuestos a sus ciudadanos mientras exige más de la cajan común para atender unos servicios públicos que -necesariamente por la escasa carga fiscal – estarían infrafinanciados.
Sin embargo, de nuevo, esto está muy lejos de la realidad. La persecución de la ministra de Sanidad, Mónica García, a la Comunidad de Madrid por su sistema sanitario, o las críticas que sobre el mismo vierten medios de comunicación que comulgan con las tesis del Gobierno no pueden ocultar la realidad de que la Comunidad de Madrid es líder con los mejores indicadores en cuanto las listas de espera sanitarias en términos proporcionales.
Según medios especializados Madrid registra la tasa más baja de pacientes en espera, 10,06 por cada 1.000 habitantes. Muy por debajo de la media nacional de 17,93. Además, presenta de los tipos más reducidos de demora media para operarse con entre 47 y 63 días, cifras de nuevo por debajo de la media española.Las cifras son algo más elevadas en lo que a tiempo de espera para consultas externas, con 118 días, algo más de la media.
En cambio, Cataluña ocupa los primeros puestos en retrasos de listas de espara. Cantabria es la comunidad autónoma con la mayor tasa de pacientes esperando para operarse, con 29,1 pacientes por cada 1.000 habitantes. Seguida muy de cerca por Andalucía con 24,4 y Cataluña, tercera posición con 24,17 pacientes por cada 1.000 habitantes.
Por otro lado, Cataluña también tiene el dudoso honor de encabezar el ranking con las listas de espera de pacientes no sólo más altas en número, sino también que enfrentan los tiempos más prolongados con 176 días frente a los 169 de Andalucía, segunda en el ránking.
En cuanto a la educación, si atendemos al informe Pisa, los alumnos de la Comunidad de Madrid lideran con una puntuación promedio de 34,8 puntos seguida por Castilla y Léon y Galicia . Sin embargo, por debajo del promedio de 32,8 puntos, se encuentran comunidades como Cataluña, Comunidad Valenciana o Extremadura. Ceuta y Melilla obtienen las puntuaciones más bajas.
Si nos vamos a otros servicios como la dependencia, los medios locales insisten en que la percepción de la ciudadanía sobre la ayuda a la dependencia está marcada por una profunda frustración, en la que inciden altos tiempos de espera que incluso deriva en la muerte de personas reconocidas como dependientes pero a quienes nunca le llegó la ayuda.
En 2024 9.529 personas murieron en Cataluña mientras esperaban recibir una ayuda del sistema de dependencia. Este dato posiciona a Cataluña como la comunidad autónoma con mayor número de muertes en lista de espera en términos absolutos, representando aproximadamente una de cada cuatro muertes de este tipo en toda España durante 2024.
En ese mismo año en Madrid murieron 1.334 personas en esa misma situación. Siendo el tiempo medio de tramitación de estos expedientes de ayuda de 306 días en Madrid, y de 328 días en Cataluña.
Así las cosas estos datos muestran cómo el incremento brutal de impuestos no se traduce necesariamente en la prestación de mejores servicios. Sin embargo, el incremento de libertad y flexibilidad dentro de una economía y la dinamización de la misma, permite, además, mejorar sus servicios públicos pese a cobrar menos impuestos.


