El economista y colaborador de La Noche de Cuesta, Juan Ramón Rallo, ha analizado en esRadio la actualidad económica del país, marcada por temas como la ausencia de Presupuestos Generales del Estado y el deterioro del clima inversor y energético.
Nada más arrancar la sección, Carlos Cuesta ha puesto el foco en la advertencia de la AIReF y en la falta de un "proyecto" económico. Tras reproducir la declaración de su presidenta –"vive no ya sin presupuestos, sino sin proyecto de presupuestos"–, Cuesta ha subrayado que el mensaje "va más allá de los presupuestos" y que "tiene toda la pinta de que se refiere a un proyecto económico".
Rallo coincide en el diagnóstico y ha añadido que "no tener presupuestos… no es una mala noticia" si congelara el gasto, pero "lo que está haciendo este gobierno es incrementar los presupuestos a golpe de decreto". A su juicio, eso está generando "una especie de presupuesto Frankenstein" que "se va parcheando" y dificulta "fiscalizar" las partidas y, sobre todo, entender "cuál es el proyecto económico-presupuestario" del Ejecutivo.
Ausencia de proyecto también en la oposición
La conversación ha girado entonces a la "inercia" institucional. Cuesta ha recordado que Sánchez ha anunciado que se presentará en 2027 y ha advertido de un clima "cultural" que promueve trabajar menos, subir impuestos y aumentar el gasto, con un absentismo al alza. Por su parte, Rallo ha matizado que aunque "criticamos la ausencia de proyecto en el gobierno" no hay que olvidar que tampoco "hay un proyecto de gobierno en la oposición". Y ha citado medidas dispersas como "una deducción de 100 euros a los que tienen mascota" o "a los que van al gimnasio" para ilustrar "globos sonda" sin "coherencia interna".
Para Rallo, los grandes frentes están claros –"inmigración, mercado laboral, vivienda, pensiones, energía; podríamos añadir educación"– y el desafío es articular "una respuesta coherente". Si no existe un plan, ha advertido de que, quien llegue "va a heredar la economía sanchista" y "va a ir como pollos sin cabeza", sin saber cómo remediar problemas "en el corto, medio y largo plazo".
En materia de vivienda, Cuesta ha defendido "sacar suelo de forma urgente" y ha cuestionado la obligación de destinar "un 40%" a vivienda social porque "si el 40% tiene que ir sin rentabilidad, pues no construyo". En gasto, ha reclamado"un recorte brutal" tras el aumento del "techo" presupuestario. Y, además, el conductor del programa ha alertado contra las "subvenciones" parciales en lugar de reformas fiscales estructurales.
Por su parte, Rallo ha coincidido en que sin "un proyecto coherente" ningún gobierno querrá "asumir un coste político" y, por ello, ha reivindicado, al menos, tener "un proyecto de presupuestos en la cabeza", incluso si los "presupuestos de base cero" no vayan a aplicarse.
El clima inversor y la energía
El diálogo abordó después el clima inversor y la energía. Cuesta ha citado el plan de inversiones de una gran eléctrica y cómo "la inmensa mayoría" del esfuerzo se dirigiría a EEUU y Reino Unido por la incertidumbre en España. Rallo ha calificado de "abominable" lo que está ocurriendo en el sector eléctrico y ha pronosticado una demanda "como no la ha necesitado jamás antes" por los centros de datos, citando que "OpenAI planea centros de datos que consuman 10 gigavatios". En este contexto, ha considerado un "despropósito absoluto" cerrar "centrales nucleares ya amortizadas, perfectamente funcionales", justo cuando "Estados Unidos está reviviendo la demanda de energía nuclear".
Sobre la mejora del rating de España, Rallo ha apuntado que la ratio deuda/PIB ha bajado porque "el PIB nominal ha experimentado un crecimiento muy superior" por "inmigración e inflación", pero lo ha calificado de "pan para hoy y hambre para mañana" si no se reforman las reglas del Estado del bienestar. Además, ha recordado que el superávit exterior responde a la dinámica del sector privado "a pesar del Gobierno".
Para finalizar su intervención, Rallo ha sido tajante: España tiene "cosas buenas", pero sin un plan "pensado, con cabeza, coherente", las inercias y el coste político impedirán acometer las reformas. "Con lo que ya tenemos y con lo que podríamos tener si no hubiese obstáculos políticos", ha dicho, "podríamos ser una economía muchísimo mejor de lo que somos ahora mismo".


