Pedro Sánchez anunció el pasado miércoles el enésimo observatorio del Gobierno. Lo ha bautizado como "Observatorio de la Vivienda Turística" y pretende servir para "conciliar mejor turismo y convivencia con los residentes, especialmente en lo que se refiere a su coste de vida", según dijo el líder del PSOE.
De esta nueva idea hay varias lecturas que se pueden sacar. Una de ellas es que el Gobierno vuelve a demonizar al turismo, locomotora de la economía española. También llama la atención el intento de Sánchez de desviar la atención de la crisis de la vivienda poniendo en la diana a los pisos turísticos, que no llegan ni al 2% del total de viviendas censadas en nuestro país.
Cabe recordar que el Gobierno ya tenía a su disposición un "Observatorio de la Vivienda" que se creó antes de que Sánchez llegara a Moncloa. De hecho, en el último de sus balances anuales hay un gráfico que es perfecto para explicar el motivo de que los precios estén por las nubes en España: la escasez.

Como vemos, el número total de viviendas iniciadas y terminadas se ha hundido en nuestro país desde los picos de 2006, cuando se llegaron a iniciar y acabar más de 700.000 viviendas al año. Sin embargo, en 2024, el número de viviendas iniciadas apenas superó los 136.000 inmuebles, mientras que las terminadas cerraron el año en las 100.980 casas.
Si a esto le unimos el aumento sistemático de la población (demandantes de casas), que en el tercer trimestre de 2025 superó los 49,3 millones de personas, casi dos millones más que en el tercer trimestre de 2022, el desequilibrio entre oferta y demanda es evidente. Mientras tanto, la ministra de Vivienda dice que no hay que "construir a lo loco"...

