
¿Qué tienen en común los tres ganadores del Nobel de Economía Joel Mokyr, Peter Howitt y Philippe Aghion? Comparten una visión: cada revolución tecnológica reemplaza a la anterior, impulsando un crecimiento económico continuo. Si el siglo XVIII fue el de la máquina de vapor y el de la prensa de impresión; en el XXI, motores eléctricos y de alta eficiencia y el tiempo del algoritmo. Cambian las herramientas, la innovación continúa.
Javier Hombría, profesor del Máster en Bolsa y Mercados Financieros del IEB, explica que Mokyr analiza por qué algunas sociedades comenzaron a innovar sistemáticamente y cómo surgió una cultura que valora el conocimiento, la curiosidad científica y la experimentación. Su estudio examina la evolución histórica y cultural que dio origen al capitalismo innovador, buscando responder a la pregunta: ¿por qué surge el impulso de innovar?
Complementando este enfoque, Aghion y Howitt analizaron cómo se crea valor económico a través de activos intangibles. Demostraron que el crecimiento sostenido no depende únicamente de acumular capital o trabajo, sino de un proceso dinámico de innovación continua, donde las nuevas tecnologías reemplazan a las antiguas y las empresas más eficientes desplazan a las obsoletas.
Lejos de ser pesimista, esta visión del cambio y del capitalismo es optimista: el progreso surge cuando lo nuevo reemplaza a lo antiguo, siempre que existan instituciones que canalicen esta energía creativa hacia un crecimiento inclusivo y sostenible.
De la economía a la formación
El mismo ciclo de transformación e innovación que describe la economía se observa en la formación. Esta ha pasado de una formación tradicional basada en la pura transmisión del conocimiento hacia una formación orientada al desarrollo de habilidades profesionales donde prima la práctica impartida por un claustro formado por profesionales en activo y expertos en sus áreas.
En esta evolución cobra una especial importancia la revolución de la formación online donde la flexibilidad y la adaptación conviven con una calidad formativa similar a la presencial.
El conocimiento sigue siendo central, pero la educación online añade tres valores fundamentales: accesibilidad, flexibilidad y adaptabilidad. Este trinomio explica por qué la formación online ha experimentado un crecimiento tan notable en absolutamente todos los ámbitos.
La transformación digital ha permitido que, en 2024, aproximadamente el 49% de los estudiantes en todo el mundo participen en algún tipo de educación online, evidenciando una adopción masiva de este modelo educativo. En ese mismo año, 73,8 millones de personas estaban matriculadas en programas de aprendizaje online, un aumento cercano al 900% desde el año 2000.
Según proyecciones del mercado, el aprendizaje a través de canales digitales alcanzará un volumen de negocio cercano a los 400.000 millones de dólares para 2026, consolidando su papel como motor educativo y económico global.
Estas cifras reflejan una tendencia creciente hacia la educación online a nivel global, donde los estudiantes valoran cada vez más la eficiencia, igual que la oferta de modelos híbridos y herramientas basadas en IA que permitan la formación online.
El IEB, precursor de la innovación
Desde su fundación hace más de 35 años, el IEB ha acompañado la evolución de las finanzas a través de la enseñanza, teniendo en su ADN, una formación práctica que está siempre actualizada a los cambios, gracias al claustro que traslada su día a día en sus empresas al aula. Por ello, sus programas se reconocen por ser innovadores, especializados y alineados con las demandas actuales del sector financiero.
En el área de Mercados Financieros, el IEB ofrece un máster generalista y alguno más especializado como el de Finanzas Cuantitativas, uno de los programas más avanzados del sector. Este máster especializado, enseña a los estudiantes a modelizar, valorar y gestionar riesgos financieros, dominando técnicas cuantitativas como álgebra, cálculo, cálculo estocástico, estadística, optimización y programación en R y Python. Además, se profundiza en derivados, tipos de interés, crédito, volatilidad, estrategias exóticas, XVA, commodities, divisas, inflación y métricas de riesgo…y además se cursa de forma online.
En el área de Banca, Finanzas y Riesgos, el IEB incorpora la enseñanza de los nuevos entornos con su Máster de Blockchain e Inversión en activos digitales, una de las tecnologías y áreas de acción más disruptivas de la actualidad del mundo financiero (tokenización, regulación…). Sobre esta base y entorno tecnológico, operan los contratos inteligentes y numerosas aplicaciones que transforman sectores como finanzas, salud, tecnología de la información y cadenas de suministro, optimizando procesos y generando nuevas oportunidades de negocio.
En Finanzas Corporativas, los programas del IEB ofrecen una profunda comprensión de los principales productos y áreas de banca de inversión y finanzas corporativas, con sólidas perspectivas de desarrollo profesional. Se trata de un área dentro de las finanzas, donde hay alta demanda de perfiles especializados en lo que probablemente sea una de las áreas más técnicas y sofisticadas del sector. Lo mismo ocurre con sectores como el Real Estate, donde el máster facilita el acceso a un sector que vuelve a ser referencia dentro de las finanzas y la valoración para realizar inversiones en el mercado.
En el ámbito empresarial, el Global MBA con especialización en Finanzas prepara a los alumnos para un entorno económico totalmente mundializado, donde la innovación es clave, los mercados maduros tienden al oligopolio y los emergentes presentan oportunidades e incertidumbres. Competir hoy exige directivos altamente capacitados, capaces de anticipar cambios y tomar decisiones estratégicas.
Empleabilidad y valor de la formación online
Todos estos programas online cuentan con un contenido alineado con las necesidades del mercado, asegurando su empleabilidad. Los alumnos trabajan con casos reales preparados por profesionales expertos en la materia que imparten, participan en foros y chats, y forman parte de una comunidad de conocimiento compartido entre docentes y estudiantes.
En un mercado laboral lleno de perfiles generalistas, un máster especializado se convierte en la puerta de acceso a puestos técnicos exigentes, diferenciando a los graduados. Esta formación incrementa la empleabilidad en sectores como banca, consultoría o jurídico, facilita la transición entre disciplinas, conecta con tendencias como Fintech, real estate o ESG, y genera un valor inmediato en entornos profesionales complejos.
Profesores en activo y formación práctica
Los expertos coinciden: el claustro marca la diferencia. Contar con directivos que enfrentan retos reales en sus empresas convierte la formación en un verdadero entrenamiento práctico para el mundo laboral.
"Formarse con profesionales en activo que ocupan posiciones de relevancia, asegura conocer el camino hacia el empleo y las oportunidades profesionales", destaca Juan Manuel Lara, Jefe de Orientación profesional del IEB.
Asimismo, destaca que la formación de alta calidad exige adaptarse constantemente a los cambios tecnológicos y de mercado, incluyendo la Inteligencia Artificial y la transformación digital. "Por ello, los programas del IEB se actualizan rápidamente y se adaptan a diversas modalidades, incluyendo el ejemplo de la modalidad online desde que se precisó. No obstante, incluso a distancia, los alumnos mantienen contacto directo con los profesores y forman parte de redes profesionales activas que los conectan con el mercado real".
